EN EL INFINITO

Siempre soñando, nunca teniendo.

Te soñaba, fantaseaba que te tenía,

que eras mía y sólo mía,

que si estiraba la mano, podría tocarte

y si cerraba los brazos, podría estrecharte,

que el amor lo hacíamos en la realidad.

.

Soñando, sólo soñando, sin saber que las parcas,

hacedoras del destino, separaron nuestros hilos:

unidos al principio, los separaron y tejieron paralelos,

 

los urdieron, siempre juntos, pero físicamente nunca unidos,

a pesar de que nuestras mentes se entienden,

nuestras almas están imbricadas, entretejidas,

son la misma esencia, reunida,

y nuestros espíritus al fin se re encontraron,

nuestros cuerpos han sufrido todo el castigo,

han estado separados a pesar de desearnos tanto,

de amarnos con locura y pasión; a ellos, pobres cuerpos nuestros,

les estuvo vedado el poder estar juntos, amarse, entregarse,

como nuestros espíritus, almas y mentes lo hicieron siempre.

.

Nuestros infortunados cuerpos jamás pudieron estar unidos,

pero no importa, nos amaremos en la eternidad,

en el infinito

y la separación de nuestros cuerpos finitos

no afectará nuestro amor eterno.

 

Daniel.

***

Intervidas, 21 de julio, 2017, Danshaggy © Silvia Eugenia Ruiz Bachiller

 

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