Sí, ya conozco ese lugar común que encanta a los hombres: «lo mismo pero mejor repartido». Yo no me refiero a eso; al fin y al cabo, algún día le podrías decir lo mismo.
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No, yo me refiero a algo más sustancial, más bien a algo de lo que tengo mucho y ella carece: a la experiencia. Ella está muy verde; yo ya estoy madura, ¿y sabes de qué son mis frutos?, bueno, son como piñatas que se han ido llenando día a día, mes a mes, hasta llegar panzonas a diciembre. Unas se llenaron de alegrías, emociones, dulzuras, ternuras, pasiones… ¿te acuerdas?
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Otras, por el contrario, llenáronse de hambres, luchas, rechazos, ilusiones rotas, problemas y demás yerbitas por el estilo.
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Las que más me gustan son las surtiditas de los últimos años: alegrías con tristezas; como son ligeras las alegrías parecen de helio y son tan cálidas y etéreas, que regresan de inmediato al sol; ¡ah!, pero las tristezas… esas son agua pesada y pueden explotar si no se evaporan también. Recuerda eso, mi amor.
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Las más interesantes las he llenado con las semillas de amor, que han madurado lenta o rápidamente; ahora sé amar… como tú quieres, como tú quieras. ¿Ella también?; también ella te envuelve en su espíritu y te lleva con ella al país de las Maravillas envuelto en sus alas?
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O sólo te embriaga con su juventud y la «cruda» realidad es la que duele… o dolerá.
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Los hombres no han entendido que la madurez da dulzura, cada cosa en su momento, una resistencia mayor y, sobre todo, mejor entendimiento. Nos da la posibilidad de parecer ciegas, sin ser indignas; de ser madres, sin dejar de ser amantes; de ser amantes, sin dejar de ser ingenuas; de ser hijas cuando «él» necesita reafirmarse; de ser refugio cuando así lo requiere; en fin, de poder ser la «madre nutricia», para su cuerpo, su mente y su espíritu.
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Pero no; a los hombres como tú les gusta lo verde, lo que aún es ácido y a veces amargo, prefieren tomar ese fruto que es duro y no suave; pero cuidado con los «empachos», porque cuando te sucedan, ya no estará aquí quien sabía cómo curarte.
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Esta mujer madura ya se habrá ido con quien sí prefiera lo dulce a lo agrio, lo suave a lo duro; con el que en lugar de verde, me prefiera madura y sepa cómo disfrutarlo.
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Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Autora de “TÚ Y YO SIEMPRE”, novela romántica. La historia de amor de Almas gemelas, su karma, reencarnación y regresiones a vidas pasadas.
El sistema nervioso y el cerebro son de suma importancia en todos los aspectos de nuestra vida y por supuesto, ocurre lo mismo con los orgasmos. Sin el envío de impulsos nerviosos a la médula espinal y el cerebro, no habría orgasmos y… ¡ay de la humanidad sin orgasmos! ¿Imaginas?
La zona de los genitales está plagada de diferentes nervios que envían información al cerebro para que éste entienda la experiencia que se está viviendo. Según los diferentes nervios se producen diferentes sensaciones. Ello explica que, por ejemplo en las mujeres, un orgasmo producido por la estimulación del clítoris sea distinto al producido por una penetración, lo que se debe a que distintas terminaciones nerviosas producen distintas sensaciones.
Sabemos entonces que en el orgasmo, los nervios juegan un rol fundamental y es por esto que en la zona genital existe una enorme cantidad de nervios. Por ejemplo, solo en el clítoris existe una concentración de más de 8000 terminaciones nerviosas y estos a su vez están conectados por nervios más largos que se comunican con la espina dorsal. Los nervios de la zona genital que más trabajan durante la transmisión del orgasmo son:
El nervio hipogástrico: que transmite desde el útero y desde el cuello del útero en las mujeres y desde la próstata en hombres.
El nervio pélvico: que transmite desde la vagina y el cuello del útero en las mujeres y desde el recto en ambos sexos (con mayor intensidad en los hombres).
El nervio pudendo: que transmite desde el clítoris en las mujeres y desde el escroto en los hombres.
El nervio vago: transmite desde el cuello del útero, el útero y la vagina.
La-Mujer-y-El-Orgasmo-desde-el-Cerebro
Todos estos nervios trabajan en la transmisión de estímulos hacia la espina dorsal, razón por la cual aquellas personas cuya espina dorsal está dañada suelen tener problemas para lograr un orgasmo. Así es que durante la estimulación sexual y el orgasmo, distintas áreas del cerebro son bombardeadas con estímulos nerviosos e información que le permiten saber qué está sucediendo y que se siente bien.
Un grupo de chicas de la Universidad Complutense de Madrid acaba de realizar un performance en grado extremo: se desnudaron en uno de los vestíbulos de la institución, pero no en silencio, sino para leer un manifiesto ante lo que consideran “una situación intolerable”.
Dicen no soportar más el acoso de los profesores: manos que se deslizan por sus cinturas, como quien no quiere las cosas; mensajitos de texto de contenido sexual, insinuaciones de chantajes docentes si no acceden al “manoseo”.
(Senior Airman Steele Britton/Wikimedia Commons)
Mientras las situaciones de acoso son reiteradas, los gestores del campus no les proporcionan el medio legal ni la protección necesaria para poder efectuar las denuncias. En un comunicado las estudiantes afirman que la Universidad se encuentra «en una situación ilegal» desde 2007. En ese año se aprobó la ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres (LOIEMH), que estipula que las Administraciones Públicas, y las que dependen de ellas, deben elaborar un protocolo frente al acoso sexual.
Pero el tema concierne también a otros confines del mundo. En septiembre de 2013, la Universidad Nacional del Comahue, en la provincia argentina de Neuquén, exoneró a un docente de su cargo. Había sido denunciado por abuso de poder y maltrato sexista. La resolución es un hecho sin precedentes y constituye un antecedente fundamental, indica la periodista Belén Spinetta, que se dedica a investigar el tema. La denuncia ya estaba puesta desde el 2010.
No se trata de un caso aislado ya que en otras universidades argentinas se han presentado denuncias similares. En otros países de la región hay encuestas que hablan de entre un 25% y un 30% de estudiantes que admiten haber sido víctimas de acoso.
Por su parte, el diario norteamericano on line The Huffintong Post acaba de publicar que el Departamento de la Oficina de Educación para los Derechos Civiles de EE.UU. ha puesto en marcha una investigación sobre presuntas agresiones sexuales en el Harvard College, y sobre fallas en la gestión por parte de los administradores del campus.
El Departamento de Educación –dice el periódico- investigará las acusaciones sobre un ambiente sexualmente hostil. En algunos casos, los sobrevivientes de ataques fueron obligados a vivir en los mismos edificios con sus presuntos agresores.
Tras el informe del HuffPost, la presidenta de Harvard, Drew Faust, anunció la formación de un grupo de trabajo para enfrentar conductas sexuales inapropiadas en la universidad. La revisión de las políticas sobre violencia sexual en Harvard son propulsadas por dos plataformas de estudiantes, una coalición de pregrado llamada Nuestro Harvard puede hacerlo mejor, y un grupo de estudiantes de postgrado bajo el nombre Los Estudiantes de Harvard exigen respeto.
La desnudez del primer caso, de forma general, nos permite plantear metafóricamente el desamaparo con que en diferentes partes del mundo las jóvenes tienen que lidiar con el abuso de poder de sus profesores.
Rasputin fue uno de los personajes más influyentes de la vida política rusa en tiempos del Zar Nicolás II.
El famoso monje fue asesinado en meses previos a la revolución.
Grigori-Yefimovich-Rasputin foto a colo_1872-1916
Hay muchas leyendas en torno a Rasputín, el sanador (chamán) más famoso de Rusia, que conservaba la salud del Zarévich Alexis, hijo del último Zar de Rusia, Nicolás II y de su esposa Alejandra.
Nicolas II Zar de Rusia y Zarina Alejandra esposa
Una de esas leyendas es que era la “más grande máquina de amor rusa” y tenía el pene más grande del mundo.
También se dice que la zarina Alexandra estaba enamorada de él.
Sobre el miembro viril de Rasputín han circulado las mas variadas y disparatas fábulas que se conozcan de reliquia alguna. Varias voces han apuntado que Rasputín, en vida, se sentía orgulloso de su miembro viril y alardeaba en público de sus excesos sexuales.
mujer viendo el pene de Rasputin
Efectivamente, muchos enigmas rodean al monje, peregrino, místico y curandero Grigori Rasputín, antiguo consejero influyente en el entorno de la familia Romanov.
Nicolas-II_Familia-Imperial de Rusia
Pero en particular, desde que el siberiano fuera asesinado en 1916, sorprende que algunas personas hayan deseado, desde entonces, hacerse con el “supuesto” y admirado pene del muerto. Finamente un prominente doctor ruso, lo muestra como el verdadero miembro de Rasputín en un museo erótico en San Petersburgo.
pene_de_Rasputin-
LA LEYENDA DEL PENE DE RASPUTÍN
Como decíamos antes, la leyenda más conocida e intrigante sobre Rasputín es acerca de los genitales del monje ruso, pues tiene fama de haber tenido el pene más grande del que se tenga registro.
Los rumores populares decían que el pene de Rasputín medía originalmente unos 40 centímetros, pero sólo se conservan 28.5 centímetros. Dicen que una parte quedó en el cuerpo de Rasputín al momento de la castración, y que otra parte desapareció tras una supuesta mordida producida por un perro.
SUPUESTOS POSEEDORES DE LA RELIQUIA DE RASPUTÍN
Desde su asesinato en 1916 mucha gente ha dicho ser poseedora del pene de Rasputín y en la actualidad un eminente médico ruso lo exhibe en su Museo De Arte Erótico de San Petersburgo.
Hay muchas versiones, aquí presento algunas:
¿CÓMO LLEGÓ EL PENE DE RASPUTÍN A UN MUSEO?
Ocurrió que cuando Rasputín fue asesinado por un grupo de aristócratas, comandado por el príncipe Yusupov, en 1916, con el fin de festejar su muerte se le cortó el pene y se lo guardó como trofeo, antes de tirar su cuerpo al río.
Después de que Rasputín fuera castrado por sus asesinos, una criada encontró el miembro ya desmembrado tomándolo en posesión.
La tradición oral y una serie de leyendas rusas nos dan otras versiones, como que una moza astuta, que llegó a acostarse con el atractivo Rasputín en vida, pudo cortarle el pene después de la autopsia y quedárselo como recuerdo para sacarle partido.
De cualquier modo, ha aparecido esporádicamente por Europa, antes de ir a parar al Museo de Arte Erótico de San Petersburgo.
1920 APARECE EN PARÍS
La reliquia ha viajado constantemente. De hecho, en la década que siguió a la muerte de Rasputín, el supuesto pene parece que deambuló por Europa. En 1920 apareció en París, donde un grupo de rusos expatriados adoraron la extraña reliquia pensando que les traería la fertilidad y, más importante mayor potencia sexual.
1967 PARISINA LO HABÍA GUARDADO
El miembro permaneció en la clandestinidad hasta 1967 cuando una anciana parisina reveló el secreto que había guardado durante años en una caja de madera. Tras unas serie de pruebas se comprobó que efectivamente era el miembro de Rasputín y fue comprado por 8000 dólares por el museo erótico de San Petersburgo.
1977 EL ESCRITOR DE UNA HAGIOGRAFÍA DE RASPUTÍN LO HEREDA DE SU HIJA
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En 1977 un tal Dr. Ripple colabora con Marie Rasputín en una hagiografía (La hagiografía es la historia de las vidas de los santos) sobre su padre, Rasputín. Supuestamente este doctor habría heredado el pseudo pene tras la desaparición de la hija de Rasputín.
1994 LO COMPRA UN CALIFORNIANO
Michael Agustín de California compraría la reliquia al Dr Ripple por casualidad y la vendió a su vez a la casa de subastas de Bonham.
2004 PASA AL MUSEO NACIONAL DE ARTE ERÓTICO
Luego lo adquiere el eminente doctor ruso Igor Kniazkin (escrito Knyazkin en inglés), el médico jefe del Centro de Próstata de la Academia rusa de las Ciencias.
Este respetable doctor abrió con orgullo en 2004 el primer Museo Nacional de Arte Erótico en su clínica de salud sexual, para mostrar una exposición de unos 15.000 artículos, nada menos, que ha ido acumulando durante su vida como coleccionista de objetos sexuales.
OBJETO ESTRELLA DEL MUSEO: EL PENE DE RASPUTÍN
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La exposición permanente está abierta al público, que puede admirar una impresionante colección de falos de cerámica y de imágenes libertinas, algunas de las cuales datan del siglo XIX.
El objeto estrella de la exposición es el pene que supuestamente perteneció al Monje con sus casi impresionantes 30cm y su grueso diámetro(similar al de las muñecas de las manos) según la interpretación de Marie la Rasputina (su hija).
El actual dueño del miembro rasputiniano -y director del citado museo erótico- Igor Kniazkin jura y perjura que adquirió la pieza bañada en formol de un anticuario parisino, y que pagó por ella 8.000 dólares.
Según Kniazkin, la reliquia estaba acompañada de varias cartas escritas por el propio Rasputín.
CIRCUNSTANCIAS DE LA MUERTE DE RASPUTÍN
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Todavía se especula sobre las circunstancias de la oscura muerte de Rasputín y hasta ahora las teorías sobre la supuesta amputación de sus genitales son meras suposiciones, mientras no hayan pruebas científicas concluyentes que demuestren la autenticidad del miembro masculino del monje ruso.
RASPUTÍN INMUNE AL VENENO
Rasputín, que actuaba como un auténtico místico y sanador, es un personaje muy especial de la Historia rusa, ya que siendo de extracción campesina, fue muy influyente en la corte del zar Nicolás II.
Fue considerado una especie de adivino y chamán popular.
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SANADOR DE ALEXIS, EL ZARÉVICH
Zarina Alexandra-y-el-zarevich-Alexis-de-RusiaTsarevich Alexei Nikolaievich Of Russia 1914
Con su extraordinario carisma personal y después de sanar al zarévich, al que ningún médico había podido curar de una hemorragia interna debida a su hemofilia, se ganó el favor de la familia real y de buena parte de la aristocracia rusa, así como los celos y el odio de otra parte de la nobleza.
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Su marcado atractivo sexual, su extraña energía y sus legendarios excesos y prácticas sexuales le hicieron rodearse de muchas admiradoras.
Foto de Rasputin en Grupo
ASESINATO DE RASPUTÍN, CONSPIRACIÓN
La trampa que le tendieron para asesinarle fue precisamente invitarlo al palacio del príncipe Yusupov para tener una cita amorosa con una joven dama de la corte.
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Allí, Rasputín bebió muchas copas de un vino envenenado con cianuro y comió pasteles impregnados con el mismo veneno, mientras esperaba a la amante que nunca llegó.
Parece ser que el místico mostraba una resistencia sobrehumana al tóxico, como si fuera inmune al veneno.
Los conjurados, al ver que Rasputín no terminaba de morir comenzaron a dispararle por la espalda y luego lo arrojaron al río Neva envuelto en un tapete.
¿PORQUÉ LO MATARON?
La muerte de Grigori Yefímovich Rasputín, acaecida La noche del 16 al 17 de diciembre, según el calendario Juliano que se llevaba en Rusia o del 29 al 30 de Diciembre, según el calendario Gregoriano, fue un asesinato obra de varios miembros de la nobleza rusa, dirigidos por el príncipe Félix Yusúpov.
Tras una etapa en que Rasputín había ejercido demasiada influencia sobre la zarina Alexandra, de origen alemán, el príncipe Yusupov, (noble ruso casado con una sobrina del zar Nicolás II y antiguo compañero de aventuras del monje (de quien estaba enamorado y mal correspondido), el gran duque Dimitri Pávlovich Romanov, junto al Diputado Vladímir Purishkévich, Iván Sujotin y otros conspiradores, deciden no esperar más y aquella fría noche acabar con la vida del legendario monje quien murió antes de cumplir los 48 años de edad.
Dimitri Romanov
El príncipe Yusupov escribió posteriormente un escalofriante relato en donde contaba punto por punto los sucesos ocurridos en la última noche de Rasputín.
Después del intento de envenenarlo y del tiroteo, cuando lo creían muerto, envolvieron su «cadáver» en una alfombra y lo arrojaron a las heladas aguas del río Neva con una carga tal de veneno y de balas en su maltrecho cuerpo que hubiese liquidado a un regimiento entero.
El pene del legendario monje ruso es la principal atracción del primer museo del erotismo de San Petersburgo lo que acapara la atención del público
RASPUTÍN MURIÓ AHOGADO
Curiosamente en la autopsia se descubrió que murió ahogado y no como consecuencia del veneno o las balas.
EL PENE DE RASPUTÍN ES CONSERVADO
Parece ser que después de todo aquello, algo de su cuerpo envenenado pudo salvarse: el pene de Grigori Rasputín.
Los supuestos genitales del monje, curandero y consejero del último zar de Rusia, cuyos excesos sexuales son legendarios, está conservado en una solución de alcohol, en el Museo de Arte Erótico de San Petersburgo, que se encuentra en un clínica urológica su pene está expuesto junto con una colección de falos de cerámica.
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Es El supuesto pene de Rasputín, que mide unos 30 centímetros. Inmerso en alcohol pretende ser ahora un estímulo para visitantes y pacientes.
EXPOSICIÓN PERMANENTE EN EL MUSEO ERÓTICO DE SAN PETESBURGO ¿VIOLA LA INTIMIDAD?
¿La exhibición de reliquias de partes privadas de personajes famosos profana la intimidad de los mismos? ¿deberían ser respetados al igual que lo fueron en vida, en su descanso eterno? Yo opino que sí, que se debería respetar la privacidad de cualquier persona viva o muerta ¿Tú qué opinas?
NOTA FINAL
Tengo información de primera mano sobre la vida y muerte de Rasputín, pero quise verificar datos en algunas fuentes.
Para ver el origen de mi información, ver (entre otros posts del mismo blog):
Imágenes tomadas de internet, Pinterest o de los enlaces relacionados. Creo que no es necesario advertir que algunas fotos, son imágenes actuales, sólo para dar una idea de cómo fueron en aquellos tiempos y lugares.
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La Alta Corte de Australia decidió hoy que una persona puede ser reconocida por el Estado Civil como perteneciente a un «género neutro», ni masculino ni femenino, convirtiendo a este país en uno de los pocos que reconocen un tercer sexo.
La principal jurisdicción australiana reconoció por decisión unánime de sus jueces que «una persona puede no ser ni de sexo masculino ni de sexo femenino, por lo que permite el registro de una persona de género ‘no específico'». De esta forma rechazó la apelación presentada por el Estado de Nueva Gales del Sur, que pedía que sólo fueran reconocidos los géneros femenino y masculino.
Esta decisión fue motivada por el proceso entablado por una persona, Norrie, que no se identifica como hombre ni como mujer, y reclamaba la creación de una categoría suplementaria, la de «género neutro». Norrie, que sólo utiliza un nombre, nació siendo hombre pero en 1989 se sometió a una operación de cambio de sexo. La operación, sin embargo, no logró resolver la ambigüedad que siente sobre su identidad sexual. Por eso, en 2010, el registro del Estado Civil de Nueva Gales del Sur aceptó registrarlo bajo la categoría «género no específico». Pero poco después, el registro dio marcha atrás y declaró inválido el certificado. Norrie dijo entonces que tenía la sensación de haber sido «socialmente asesinado». Las dos partes presentaron varios recursos ante la justicia, hasta que la Alta Corte se pronunció hoy. «Estoy eufórico –declaró el interesado–. La gente comprenderá que no hay sólo dos opciones. Usted puede ser una mujer o un hombre, pero algunos de sus allegados no lo serán obligatoriamente», agregó.
Según la asociación Centro de Leyes sobre los Derechos Humanos, la Alta Corte «rechazó las nociones nostálgicas sobre el género». «Las personas que son de sexo o de género diferente al masculino o al femenino tienen problemas todos los días para acceder a servicios fácilmente diponibles para los demás», declaró Anna Brown, experta jurídica de la asociación.
A partir de ahora, en Australia una persona sólo podrá ser reconocida por la ley y el Estado Civil como de género neutro presentando un expediente médico. Todavía se ignoran todas las consecuencias que tendrá esta decisión porque Australia sólo reconoce el matrimonio entre un hombre y una mujer. En junio pasado, este país ya había instaurado una nueva nomenclatura respecto al reconocimiento de los sexos en los documentos oficiales, ofreciendo la elección entre hombre, mujer o transgénero.
MUJERES Y NIÑAS MALTRATADAS DURANTE LA MESTRUACIÓN Y DESPUÉS DEL PARTO
Desde la antigüedad ha habido culturas patriarcales y machistas, absurdamente misóginas, que maltratan a la mujer sólo por el hecho de ser mujer, las tratan como objetos de placer y materia de compra-venta, como bestias de carga y como máquinas de parir hijos. En muchos lugares las niñas son asesinadas al nacer sólo debido a su sexo.
Pero esto no sólo ocurría en el lejano pasado… aún sucede hoy en día, en pleno Siglo XXI.
Voy a seguir publicando al respecto de la discriminación que ha sufrido y sufre la mujer, por lo pronto, en el Día Internacional de la Mujer 2014, un día al año en que algunos piensan en las mujeres como personas con derechos humanos, comparto este espeluznante video.
La escisión o circuncisión femenina es también conocida como mutilación genital femenina (MGF) es la ablacióno eliminación de tejido de cualquier parte de los genitales femeninos por razones culturales, religiosas o cualquiera otra no médica.
Origen
Se cree que este ritual de iniciación en origen fue realizado a las niñas de algunos países de África,Oriente Medio y otros. La costumbre es de procedencia incierta, aunque hay algunas versiones que afirman que comenzó en el antiguo Egipto y a partir de allí se extendió al resto del continente africano. Aunque se localiza sobre todo en la zona centro-africana, esta práctica no se limita al continente africano, pues se sabe que esta práctica también ocurren en varios países de Asia, Europa, Australia e incluso América.1
Practicada en muchos casos como rito de iniciación a la edad adulta, actualmente este motivo está disminuyendo debido a la prohibición de su realización en muchos países. En algunos casos se recurre a tradiciones religiosas para argumentar en su favor, pero lo cierto es que este tipo de mutilación está prohibida en el Islam.2
La pérdida casi total de sensibilidad es la principal consecuencia para las afectadas, con el añadido trauma psicológico. Hay mujeres que mueren desangradas o por infección en las semanas posteriores a la intervención, ya que se realiza casi siempre de manera rudimentaria, a cargo de curanderas o mujeres mayores, y con herramientas no muy ortodoxas como cristales, cuchillos o cuchillas de afeitar y nunca en centros sanitarios.
A la ablación se le conoce con distintos nombres:
Infibulación y escisión, son expresiones comunes al procedimiento empleado para efectuar la mutilación.
Mutilación genital femenina (MGF), que es la expresión oficial utilizada para referirse a esta práctica por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Definición
La ablación sexual es la mutilación de parte de los genitales externos femeninos para evitar sentir placer sexual, con la finalidad de que pueda llegar virgen al matrimonio, puesto que si no es de ese modo, la mujer puede ser rechazada. También se realiza para evitar la supuesta promiscuidad de la mujer y asegurar que solamente tenga hijos con el marido.
Tipos de ablación
Existen varios tipos de ablación:
Amputación del prepucio del clítoris(circuncisión), pudiendo extirparse en parte o en su totalidad el clítoris (clitoridectomía).
Otra forma consiste en la escisión o mutilación total o parcial del prepucio del clítoris y los labios menores, conservando solo los labios mayores.
La infibulación es la forma más agresiva, y consiste en la extirpación del clítoris y labios mayores y menores. Después del acto, hay un cosido de ambos lados de la vulva hasta que esta queda prácticamente cerrada, dejando únicamente una abertura para la sangre menstrual y la orina. La infibulación también se le puede llamar circuncisión faraónica.
Descripción de una Clitoridectomía
El informe de Amnistía Internacional para concienciar de los malos tratos a las mujeres daba la cifra de 120 millones de mujeres clitoridectomizadas, y de tres millones de niñas por año en veintiocho países diferentes:3
Sientan a la niña desnuda, en un taburete bajo, inmovilizada al menos por tres mujeres. Una de ellas le rodea fuertemente el pecho con los brazos; las otras dos la obligan a mantener los muslos separados, para que la vulva quede completamente expuesta. Entonces, la anciana toma la navaja de afeitar y extirpa el clítoris. A continuación viene la infibulación: la anciana practica un corte a lo largo del labio menor y luego elimina, raspando, la carne del interior del labio mayor. La operación se repite al otro lado de la vulva. La niña grita y se retuerce de dolor, pero siguen sujetándola. La anciana enjuga la sangre de la herida y la madre, así como las otras mujeres, «verifica» su trabajo, algunas veces introduciendo los dedos. La cantidad de carne raspada de los labios mayores depende de la habilidad «técnica» de quien opera. La abertura que queda para la orina y el flujo menstrual es minúscula. Luego, la anciana aplica una pasta y asegura la unión de los labios mayores mediante espinas de acacia, que perforan el labio y se clavan en el otro. Coloca tres o cuatro a lo largo de la vulva. Estas espigas se fijan con hilo de coser o crin de caballo. Pero todo esto no basta para asegurar la soldadura de los labios; por eso, a la niña la atan desde la pelvis hasta los pies. Le inmovilizan las piernas con tiras de tela.
Práctica limitada
Según las estadísticas, la práctica de la ablación afecta en la actualidad alrededor de unas 135 millones de mujeres y niñas en el mundo. Se cree que cada vez se practica a niñas con una edad mucho menor quienes sufren la mutilación para evitar que puedan juzgar la práctica por sí mismas al ser mayores.
Europa
El aumento de la inmigración ha llevado esta práctica a Europa. La mutilación genital femenina, en cualquiera de sus modalidades, se encuentra penada por la ley en los principales países de dicho continente con algunas excepciones como Italia o Irlanda. No obstante, aunque existen en algunos países europeos con normativas legales de control sobre el permiso de salida para las niñas en situación de riesgo por este tipo de costumbres, hay denuncias de que medio millón de mujeres y niñas han sufrido la MGF en Europa en los últimos tiempos, incluso en centros sanitarios bajo cuerda.
Asia
La mutilación genital femenina, particularmente en su forma de circuncisión sunna, está presente en prácticamente todos los países árabes del continente, así como en las comunidades kurdas. Afganistán,Tayikistán, Brunéi, Malasia e Indonesia también la practican, los tres últimos incluyendo los tipos de mutilación más radicales.
África
La embajadora de la Organización de las Naciones Unidas contra la ablación, la ex modelo somalí Waris Dirie, quien sufrió infibulación a los 5 años, ha conseguido que ésta práctica sea ilegal en algunos países africanos, aunque se siga practicando de hecho. Unicef, en un informe, afirma que esta práctica se puede eliminar en una generación si hay un esfuerzo cultural.
La ablación es una costumbre extendida en una amplia región de África, donde es practicada indistintamente por musulmanes, cristianos, y animistas.4
América
En todos los países de América Latina se prohíbe legalmente ésta práctica.
La circuncisión femenina y el islam
La circuncisión femenina antecede históricamente a la aparición del islam en el siglo VII d. C.5 Aunque durante las dos últimas décadas del siglo XX tanto medios de comunicación como publicaciones académicas atribuyeron al islam la práctica de la circuncisión femenina, según Noor Kassamali, la actitud de los religiosos musulmanes ha sido diversa. La práctica se observa en regiones de población musulmana donde existía ya antes de la islamización, tras la cual los alfaquíes la justificaron con argumentos religiosos, pasando a considerarla una tradición del islam. Son así numerosos los casos registrados en que jurisperitos musulmanes han aprobado la circuncisión,6 si bien en la actualidad la mayoría de los teólogos musulmanes consideran la circuncisión femenina como una práctica innecesaria o contraria al islam verdadero. 7
La circuncisión en el islam sunní
Al no mencionar el Corán en ningún momento la circuncisión femenina, muchos alfaquíes que la ratificaron lo hicieron basándose en un conocidohadiz atribuido al profeta Muhammad, según el cual una mujer de Medina llamada Umm ʿAṭīya se dedicaba a la circuncisión de las mujeres, y el profeta le dijo: «Umm ʿAṭīya, cuando circuncides a una mujer no cortes demasiado de su miembro, para que tenga la cara más luminosa y sea más amistosa con su marido». 8 En otra versión del hadiz, la recomendación del profeta es: «en la circuncisión de las mujeres, no os sobrepaséis, que así será mayor el placer de la mujer y placerá al marido». Sin embargo, la generalidad de los alfaquíes han considerado dudosa la cadena de transmisión del hadiz, que aparece en las Tradiciones de Ibn Dawud, pero no en los canónicos Ṣaḥīḥ al-Bujārí y Ṣaḥīḥ Muslim.6 Otros hadices hacen remontar la circuncisión femenina aAgar y a Sara.6
Entre las cuatro escuelas jurídicas del islam sunní, tan sólo la šāfiʿí ha considerado tradicionalmente necesaria la circuncisión femenina. 9 El imam šāfiʿí Al-Nawawi (Siria, 1233-1277) califica de wāŷib(«deber religioso») la escisión del clítoris.10 El tradicionalista conservador sunní Aḥmad ibn Ḥanbal(Bagdad, 780-855), fundador de la escuela ḥanbalí, calificó la circuncisión femenina como makrūma(«acto noble»), pero no wāŷib.6 Si bien la cuestión de la circuncisión femenina era controvertida, los alfaquíes tradicionales tendían a considerar necesario reducir los «deseos sensuales excesivos de las mujeres».11 En 1997, cuando un grupo de ulemasde la Universidad de al-Azhar declararon islámica la circuncisión femenina, provocaron la reacción de la mayor parte de los ulemas, que rechazaron tal afirmación replicando que Muhammad había reprendido esa práctica y calificándola de «tradición faraónica».9
El islam chií
Entre los chiíes, la circuncisión femenina sólo es practicada por la secta egipcia ismaelí mustaʿalí. La doctrina general de los chiíes se apoya en un hadiz deAlí transmitido por el sheij Ṣadūq ibn Bābūya (Jorasán, 923–Rey, 991), según el cual «no es censurable si no circuncidáis a las mujeres, pero para los hombres es obligatorio (wāŷib)». El ayatoláʿAllāmat al-Ḥilli (Al-Hilla, 1250-1325) refiere otro hadiz, según el cual Alí afirmó: «la circuncisión de los hombres es obligatoria, pero la de las mujeres (sólo) se aconseja». Aun así, al no estar arraigada la práctica en la cultura de Irán e Iraq, no se da entre los chiíes.6 Algunas de las «fuentes de emulación» o máximas autoridades (marŷaʿ-e taqlid) del chiismoduodecimano actual han calificado la circuncisión femenina de «apreciable» (mustaḥabb)12 y otras de «prohibida» (ḥarām).
Una recién nacida murió después de que se le practicara la ablación (extirpación) del clítoris en un resguardo indígena del oeste de Colombia, informaron el martes las autoridades locales, que mostraron su sorpresa por este caso.
↑ abcde Kassamali, Noor (2003), «Genital Cutting», en Afsaneh Najmabadi (en inglés),Encyclopedia of Women & Islamic Cultures, Brill, pp. 134, ISBN90-04-12819-0
↑ ab Firestone, Reuven (2001) (en inglés).Children of Abraham : an introduction to Judaism for Muslims. KTAV Publishing House, Inc.. pp. 253. ISBN0-88125-724-9.
↑ Maccormack, Carol P. (1824-1826), «Clitoridectomy», en Lindsay Jones (en inglés),The Encyclopedia of Religion, MacMillan, ISBN0028657330
↑ Šakūrzāda, Ebrāhīm; Omidsalar, Mahmoud (15 de diciembre de 1991). «Circumcision» (en inglés). Encyclopædia IranicaV: pp. 596-600.
Los antropólogos (etnólogos sobre todo) nos preguntamos si es válido o benéfico el cambiar las costumbres y tradiciones de pueblos llamados «no occidentales» y «civilizarlos» como en la cultura judeocristiana se entiende este término.
Algunos antropólogos piensan que debemos ayudarlos a salir de su «atraso» (según lo que en nuestra cultura se entiende por atraso)
Otros piensan que debemos respetar sus tradiciones, usos y costumbres, para no acabar con su cutura.
Aún es una pregunta no respondida.
Yo opino que un justo medio, con mesura, sería la respuesta: respetar sus tradiciones, siempre y cuando no dañen o lastimen a nadie (sobre todo a las mujeres, que generalmente son las más afectadas por las culturas ancestrales) y si les proponemos (o imponemos) cambios como cultura, que tampoco dañen a ninguna persona o conjunto de personas.
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«El doloroso final de la niñez en África
Malawi es una de las naciones más pobres del planeta (AFP/Archivo | Gianluigi Guercia)Por Boris Leonardo Caro
Frente a los vecinos de la aldea, las niñas del sur de Malawi, en África, bailan desnudas para demostrar que han aprendido cómo agradar a un hombre. Los asistentes al ritual premian con alaridos a las más hábiles y pueden tocar sus senos, si les ofrecen un regalo. Al final de la ceremonia, ellas deben elegir a un muchacho de la comunidad para tener sexo y así evitar el kutuwa (ponerse pálido).
Los relatos sobre la iniciación de muchachas y varones africanos suelen provocar desconcierto e indignación en Occidente. La mutilación genital femenina, por ejemplo, es considerada una violación de los derechos humanos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, en muchos países al sur del Sahara esas tradiciones se mantienen como símbolo de identidad cultural.
En la discusión entre quienes se oponen a estos ritos y sus defensores, emergen siempre algunas preguntas: ¿qué costumbres deberíamos calificar como civilizadas y cuáles condenar como inaceptables atavismos? ¿Dónde está la frontera entre lo civilizado y el atraso? ¿Quién y por qué debería establecer esas distinciones?
Mutilación femenina afecta a millones de mujeres principalmente en Africa
La mutilación femenina ha afectado a más 140 millones de mujeres, según la OMS (AFP/Archivo | Tony Karumba)¿Niñas o mujeres?
Adolescencia es una palabra extraña en África. A determinada edad, marcada en las hembras por la primera menstruación y en los varones por la capacidad de fecundar, ocurre el tránsito entre la niñez y la edad adulta. Pero ese momento simbólico, cuando la comunidad los reconoce como hombres y mujeres, llega también antes de las primeras manifestaciones de madurez sexual.
De acuerdo con un reportaje publicado por la revista estadounidense The Atlantic, en el sur de Malawi los ritos de iniciación pueden celebrarse alrededor de los ocho años. El artículo recoge el testimonio de Grace Mwase, una chica que asistió con 10 años a uno de esos entrenamientos para la vida adulta, impartidos por una mujer designada por sus conocimientos sobre la sexualidad.
Durante dos semanas ella y una docena de niñas aprendieron posiciones y movimientos para excitar a los hombres. Al concluir la formación, las menores debían regresar a sus casas y practicar de inmediato con algún varón, pues de lo contrario su piel se tornaría seca y quebradiza. La historia de Mwase no constituye una excepción en esa región africana.
Un informe de la Comisión de Derechos Humanos de Malawi describe los rituales de iniciación que marcan el paso a la edad adulta en las diferentes regiones del país. La práctica varía desde simples consejos para mantener la higiene durante los períodos menstruales, evitar las relaciones sexuales antes del matrimonio y respetar a los ancianos, hasta prolongados confinamientos para recibir instrucción sobre cómo tener una vida sexual exitosa. Algunas recomendaciones parecen extravagantes, pero inofensivas, como la prohibición de añadir sal a la comida mientras dura la menstruación.
Los malauíes consideran que los genitales femeninos deben exhibir los labios, porque solo así los hombres alcanzarán el máximo de excitación y placer sexual. Por esa razón, desde los siete años las niñas comienzan a tirar de sus labios para progresivamente hacerlos más visibles. Llegado el momento de las relaciones sexuales, si esos pliegues que bordean la vulva no sobresalen lo suficiente, los demás miembros de la aldea las golpean y reprenden, asegura el citado informe.
A pesar de la intervención de las autoridades y de organizaciones internacionales, estas tradiciones persisten. Los líderes locales suelen prometer el fin de las prácticas, pero en secreto las conservan, mientras las niñas juran que no divulgarán el contenido de los ritos de iniciación. El riesgo para la salud de las jóvenes se acrecientan por la alta prevalencia de infecciones de transmisión sexual –el 10 por ciento de los adultos malauíes son seropositivos—y los embarazos precoces.
La circuncisión marca el pasaje a la edad adulta de los varones africanos (AFP | Carl de Souza)Genitales mutilados
Aunque la mutilación genital femenina no abunda en Malawi, la mayoría de las mujeres que ha sufrido estas operaciones vive en el continente Africano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 101 millones de africanas han experimentado algún tipo de corte en sus órganos sexuales externos y cada año alrededor de tres millones de niñas están en peligro de incorporarse a ese grupo.
Esa práctica “refleja una profunda desigualdad entre los sexos y representa una forma extrema de discriminación contra las mujeres”, sostiene la OMS. Esa organización multilateral alerta en particular sobre el derecho a la salud, la seguridad, la integridad física y la protección contra la tortura y los tratos degradantes que suelen vincularse con esa tradición.
La mutilación femenina incluye el cercenamiento del clítoris, la extirpación de los labios menores y mayores y el estrechamiento de la vagina, entre otras modificaciones de los órganos sexuales. Como consecuencia de las precarias condiciones en que se realizan estos procedimientos –apenas en la quinta parte de los casos participa personal de salud calificado—las niñas pueden sufrir infertilidad, quistes, incontinencia urinaria e infecciones, además de complicaciones futuras en el parto y la muerte de los recién nacidos.
Entre los varones la costumbre equivalente es la circuncisión. En julio pasado el gobierno de Sudáfrica tuvo que intervenir ante la muerte de 60 adolescentes y la hospitalización de varios cientos, que habían participado en rigurosas ceremonias de iniciación en campos ilegales. Si bien Pretoria respeta la autoridad de los líderes locales en este tema, la comercialización de estos ritos ha subvertido el antiguo orden. Como en el caso de las niñas, las pésimas condiciones sanitarias y la inexperiencia de los cirujanos provocan con frecuencia complicaciones médicas.
¿Tradición o barbarie?
Cada cultura atesora sus ritos de pasaje entre la niñez y la edad adulta. Si en América Latina las fiestas para las quinceañeras anuncian a las adolescentes que se ha convertido en mujeres y en Norteamérica la licencia de conducción y la compra de un automóvil confirman el fin de la adolescencia, en África esta transición ocurre de maneras que retan nuestra comprensión.
Sin embargo, esas diferencias no siempre justifican la condena, que se sustenta en valores establecidos en Occidente como universales. Estudios en varios países africanos han demostrado, por ejemplo, que no todas las mujeres viven la mutilación como un trauma. Las cifras de complicaciones médicas tampoco resultan tan alarmantes como creemos por los reportes de la prensa en Europa y América.
En el trasfondo emerge el viejo debate sobre qué consideramos bárbaro o civilizado. Y ese es un tema que ha marcado la existencia de la humanidad desde su albor».
Es inconcebible que en pleno Siglo XXI aún exista la venta y prostitución de niñas.
Somaly Mam
Ana Pastor conversa con Somaly Mam
La periodista Ana Pastor entrevista a la activista camboyana que lucha contra la esclavitud sexual infantil. De niña, también ella fue obligada a prostituirse en un burdel de Phnom Penh. La periodista trabaja actualmente para la cadena CNN.. «A veces no las puedo convencer de que lo dejen. Pero puedo abrazarlas. Pueden llorar conmigo y hasta llamarme después de haber sido violadas. Una niña de 5 o 10 años necesita amor, ternura y tiempo» Hay camboyanas que en la noche de bodas se sienten violadas: nadie les ha dicho qué es el sexo. Los hombres sí lo saben, han ido a los burdeles»
ANA PASTOR
Tiene un premio Príncipe de Asturias y decenas de heridas invisibles de un pasado doloroso que se empeña en volver en forma de pesadilla muchas noches. Esta preciosa mujer nacida en Camboya tiene unos 40 años pero ella misma reconoce que no sabe su edad con exactitud. Somaly Mam tampoco sabe a qué debe su nombre ni si se llama así desde que nació. Tuvo que forjar su identidad como ser humano tras una infancia terrible. Cuando solo era una niña fue raptada, forzada a trabajar y violada en reiteradas ocasiones. Acabó en un burdel. Pero una noche huyó tras presenciar cómo mataban a una compañera. Desde entonces, dedica cada minuto de su vida a sacar a otras niñas de la esclavitud sexual. Mam ha viajado a España para participar en Segovia en el encuentro, organizado por el Ayuntamiento, Mujeres que transforman el mundo y hablar de su fundación. Se presenta con una frase breve y contundente: «Me llamo Somaly Mam y soy una superviviente».
Ana Pastor y Somaly Mam
-Parece increíble pero en pleno siglo XXI la esclavitud sigue existiendo…
-El tráfico de mujeres no ocurre solo en Camboya. Ocurre en todo el mundo, también en España. Es terrible y desagradable comprobar y saber que violan a niñas de dos años y las mandan a los burdeles. Nadie quiere hablar de ello. Es demasiado fuerte. Recuerdo que cuando empecé a contar que yo había sido vendida, la gente me decía: «¿Cómo se puede hacer eso a un ser humano?». Les decía que es una realidad. Está pasando. Hoy estoy contenta porque mucha gente habla del tema también aquí en España, de cómo empoderar a las mujeres, de plantear las soluciones además de detectar los problemas.
-Los culpables son evidentemente quienes trafican con las mujeres, con las niñas, pero ¿qué responsabilidad tienen las familias que, en ocasiones, venden a sus hijas a estas mafias?
-En Camboya las madres venden a sus hijas o las niñas se venden a sí mismas porque tienen que alimentarse y sobrevivir. Hay que entender la historia de mi país. La gente necesita sobrevivir si no tiene ni comida. Es una especie de sacrificio, entregar tu cuerpo a cambio de comida para tu familia. Yo no odio a los hombres pero sí les pido respeto hacia las mujeres. Y viceversa.
-¿Camboya ha evolucionado en todos estos años?
-Mi país ha mejorado. Desde el 2008 tenemos una ley que protege a nuestros niños. Cuando empecé a trabajar, si una niña era violada se consideraba que era su culpa. Ahora la gente lo entiende y puede informarse incluso a través de la televisión. Se habla del tema. Nuestro trabajo es ser optimistas y pensar que podemos cambiar a esa gente. O al menos intentarlo. Hay que tener paciencia. Yo nunca pierdo la paciencia.
-Supongo que la falta de educación sexual es parte del problema.
-En mi cultura no podemos hablar de sexo. En Camboya no elegimos a nuestro marido sino que lo escoge nuestra familia. Cuando mi hermana se iba a casar le pregunté: «¿Con quién?». Y me respondió: «No lo sé». Es una cuestión cultural. Y para que esto cambie tenemos que educar también a los hombres. Tengo una amiga que se casó y cuando llevaba un año junto a su marido aún no había practicado sexo pero¿ ¡No lo sabía!
-¿¿Cómo??
-Ella vino y me dijo: «Quiero tener hijos pero no los tengo». Así que le dije que fuera al médico. Y resulta que ¡era virgen! ¡Seguía siendo virgen! Le pregunté si había tenido relaciones sexuales y me dijo que no sabía lo que era. Organizaciones como la mía estamos tratando de educar en este sentido. Vamos a los colegios para hablar a los estudiantes de lo que ocurre y cambiar algunos comportamientos. Hay mujeres que en la primera noche de bodas se sienten violadas porque nadie les ha dicho qué es el sexo. Los hombres, sin embargo, lo saben porque han ido a los burdeles. Incluso hablamos con los clientes. Yo misma voy a los burdeles. Algunos me han contado que después de tres años de matrimonio ni siquiera han visto las piernas a su mujer. Trato de entenderles, de comprender que tenemos un problema con los comportamientos sexuales, la educación en la familia y la comunicación.
-¿Y cómo lo aceptan ellos?
-El programa con hombres lo realizamos desde 1998. Aún recuerdo la primera vez que yo misma me puse a hablar ante un grupo de militares. Pasé mucha vergüenza al principio, pero no quería que lo notaran. Me decía a mí misma: «Deja de temblar». Me miraban con extrañeza. Algunos habían sido clientes en el burdel donde yo estuve. Algunos me habían violado e incluso pegado. Y les mire a los ojos y les dije: «Necesito cambiaros, que no sintáis placer al pegar a una mujer». Hoy el programa está funcionando bastante bien.
-Miles de niñas se han beneficiado de su trabajo contra la esclavitud sexual en estos años. ¿La conclusión es que se puede salir?
-Ahora mismo en el centro tengo 14 mujeres y niñas que han sobrevivido como yo. Están colaborando también informando del problema. Hablando con los hombres, con los clientes, incluso con sus madres. Después de estos años puedo decir que hay resultados. Hay un caso maravilloso de una niña que pudimos rescatar cuando solo tenía 6 años a la que habían violado y culpado por ello. Me decía que quería ser abogada. Y ahora está estudiando el segundo curso de Derecho en la Universidad de Camboya. En su primer día de clase lloramos porque no podíamos creer que hubiera llegado hasta ahí. Ahora puede contar su historia para inspirar a otras, para empoderarlas. Ahora no tiene miedo.
-Su caso se parece mucho al de esa pequeña niña violada y vendida.
-Yo nací sin familia, sin nombre y no sabía qué día había nacido. Ni siquiera sé qué día puedo celebrar mi cumpleaños. Estaba triste y enfadada con todo. Odiaba a los que me rodeaban. Pero aprendí que hay que aceptar ciertas cosas. Me acepté. Asumí que no tenía padres desde muy niña pero también que no era la única en mi país. Pero lo más duro no es eso. Ni siquiera las heridas de los golpes y las violaciones. Lo peor era el silencio. Quería que alguien me preguntara: «¿Cómo estás?». Nadie lo hacía. Nos tenían encerradas en jaulas y a veces, cuando nos dejaban salir, yo miraba a las mujeres mayores esperando que alguna me hablara, pensaba que alguna podría ser mi madre. Ni siquiera me miraban. Esto era lo más duro. Invito a todo el mundo a que cuando vea a una mujer o alguien en la calle sufriendo, hable con ellos, les pregunte algo. Yo me sentía sucia y fea. Odiaba mi cuerpo y odiaba a los demás. Pero hoy puedo ir a los burdeles y hablar con las chicas. A veces no las puedo convencer de que lo dejen. Pero puedo abrazarlas. Pueden llorar conmigo y hasta llamarme después de haber sido violadas. Piensen en una niña de 5 o 10 años que es como cualquiera de nuestras hijas. Necesitan amor, ternura y tiempo.
-Las heridas de esas 7.000 niñas que han atendido son sus propias heridas. Su empatía con ellas le hace revivirlo. ¿Cicatrizan o nunca se van?
-Nunca se van. Cuando te haces una herida, vas al médico y te cura. Pero cuando la herida está en el alma, es más complicado. Lo que necesitas es ayudar a otra gente para ayudarte a ti. Cuando esas niñas tienen éxito, me curan. Lo que nosotras hemos pasado no se puede olvidar, pero les enseño que hay que perdonar. Pero no a los hombres que las han violado, que deben ser condenados, sino a las personas en general. Tienen que aceptar que esto les ha ocurrido, perdonarse y mirar hacia el futuro. Yo soy una mujer afortunada porque estas niñas me demuestran que se puede cambiar el mundo.
-¿Se puede volver a confiar en el ser humano cuando has sufrido algo tan terrible? ¿Se puede afirmar que el ser humano es maravilloso?
-¡Sí! Por supuesto! Yo confío en la gente. Las supervivientes pasamos por muchas fases, desde lo más bajo y estar en un agujero. Pero ya no tengo miedo. Ahora cuando alguna de estas chicas viaja, por ejemplo a Estados Unidos, les pregunto si están asustadas y me responden: «¿Cómo voy a estar asustada ahora con todo lo que he pasado, si ahora hablo inglés, llevo un teléfono móvil y hasta puedo acudir a la policía si me pasa algo?
Antes de comenzar la entrevista, Somaly me ha enseñado, orgullosa, la galería de fotos que lleva en el iPad. Se ha parado en una de las imágenes de una niña que lleva el pelo recogido con un alegre lazo azul. Antes de explicarme quién es, ha tragado saliva y ha mirado dos veces hacia el techo. Después, me ha contado que lleva unas horas con un fuerte dolor de estómago por el que ha tenido que pasar por el hospital. Lo achaca a los detalles que acaba de conocer sobre esa niña, otra más entregada por su propia familia a un burdel. Somaly es dura pero humana.
-¿Las pesadillas desaparecen? Cuando llega la noche, ¿sigue reviviendo todo aquello que sufrió?
-Las pesadillas siguen estando ahí. Ayer mismo tuve que ir a urgencias. Soy una mujer dura y fuerte, pero a veces también me siento débil. Un día antes de venir estuve con una niña de 13 años. Le habían hecho de todo. La habían violado unos hombres e incluso le habían intentado cortar las piernas. Su madre no la quería, no quiso atenderla. Cuando la encontramos sentí que era yo misma. Volví a pensar: ¿cómo es posible que esto lo haga un ser humano, un hombre? La miraba, estaba traumatizada, no podía hablar. Yo lloré con ella. Me veía en sus ojos. Tuve que coger el avión a España porque me había comprometido a estar aquí, pero quería estar con ella. He pasado una noche terrible que ha terminado en el hospital por el estómago.
Somaly acepta que tiene miedo. Habla de él. Lo afronta de cara. Lucha contra él cada día y eso la hace más valiente. Incluso cuando las amenazas no solo se centran en ella. También está en riesgo la vida de los suyos por denunciar la existencia de mafias. Tiene tres hijos y una de ellas fue raptada durante unos días para asustarla y doblegarla. No quiere hablar demasiado del tema.
-¿Cómo gestiona ese otro miedo, cuando las amenazas se dirigen a sus hijos?
-He hablado mucho con ellos. Viven también en Camboya, conocen bien lo que pasa y me animan a seguir. No sé si soy una buena madre, pero lo intento. Les he explicado que les quiero porque son mis hijos pero las niñas del centro son también parte de mi vida y no puedo vivir sin ellas, no las quiero dejar. Muchas veces me preguntan si cuando sea mayor iré con ellos a vivir a Francia (de donde es el padre) o a España. Les digo que respetaré sus decisiones, pero yo me quedaré en Camboya con mis niñas.
-Vive en su país a pesar de todo. Podría haber elegido Europa o Estados Unidos, pero decidió quedarse. ¿Por qué?
-Estoy orgullosa de haber nacido en Camboya y de ser mujer. Mi país me necesita. Mis niñas me necesitan. Necesito ayudar a cambiar las cosas. No me voy a marchar. Moriré en Camboya. Quiero ver cómo mi gente mejora su vida. Quiero ver cómo se empoderan las mujeres. Quiero educar a los hombres a respetar a las mujeres. Quiero seguir hablando de este tema aunque en mi cultura no se mencione. No podemos callarnos. Yo no me voy a cansar de hablar.
-¿Cree que España está a la altura en estos temas?
-Si estoy aquí hoy es porque los españoles empezaron a ayudarme en 1998. Antes de ese momento nadie hablaba del tema. España sí lo hizo. Y especialmente estoy agradecida a la reina Sofía. No sabía quién era yo y, sin embargo, me ayudó con amor y confianza. Solo puedo devolver todo eso trabajando, ayudando a otros.
-¿Y qué me dice de los políticos? ¿Existe voluntad de luchar contra las mafias?
-En Camboya se ha aceptado que existe la trata de mujeres, y las cosas han mejorado. No quiero estar en el mundo de la política, nunca voto. No quiero estar con ningún partido. Pero quiero que se ocupen de la gente, de la educación. Yo invito a que los dirigentes traigan a sus hijos, a los que han mandado a estudiar a otros países, para que vean nuestros centros y se lo cuenten a sus padres que están en el gobierno. Las leyes deben proteger a las niñas y no a los clientes. Hay que darles educación para que puedan elegir y plantarse ante los hombres y ante sus madres. Que sean iguales que ellos. Queremos las mismas oportunidades.
-¿Y qué se debe hacer con la prostitución? ¿Legalizarla o plantearlo es una aberración?
-Estoy en contra de los proxenetas y del crimen organizado. En un burdel las mujeres pueden ganar 500 euros, pero si le ofreces la posibilidad de ganar mil haciendo otra cosa la harán. Es fácil decir «legalicemos». Pero hay que hablar con esas mujeres, entender por qué lo hacen. Yo les pregunto en los burdeles si son felices y me responden que sí. Aunque, a continuación, si alguna tiene un bebé y le planteo si quiere verle crecer allí, responde que no. Hay que darles la posibilidad de salir. Y acompañarlas.
El tiempo se acaba, pero antes le pido a Somaly que cierre los ojos y nos describa su mejor pensamiento. En la antigua cárcel de Segovia (ahora reconvertida en centro cultural) se hace un impresionante silencio entre las mujeres que la escuchan. Ella cierra los ojos y nos regala de nuevo una sonrisa. Casi podríamos leer su mente en la que aparecen las cientos de niñas que la llaman mami. Y así, con los ojos cerrados y la cabeza bien alta, lanza algunos pensamientos. Y sorprendentemente habla de nuevo de esperanza, de futuro, de cómo emplear los próximos años como si su vida acabara de comenzar. El ser humano es maravilloso.
El órgano femenino admite que no es fácil hablar de él. «Soy el más estigmatizado y perseguido».
Contrario a lo esperado, no fue difícil contactar al clítoris para esta entrevista. Bastó una llamada y una invitación a sentarse en el banquillo de los órganos para que aceptara. “Y eso –dice este órgano eminentemente femenino- que no estoy acostumbrado a que los periodistas me busquen… Es más, me da la impresión de que también me evitan”. Dice vivir sorprendido por el resquemor que genera en muchos la sola mención de su nombre y asegura, sin titubear, que “soy el órgano más estigmatizado y perseguido de la historia, sobre todo en ciertas culturas, tal vez porque fui creado para cumplir con una única función: proporcionar placer”.
¿Por qué se llama así?
Mi nombre tiene origen en la palabra griega kleitoris, que significa “pequeña elevación”. Y déjeme decirle que aunque me llamo así desde que me conozco, durante diez siglos se ocultó mi existencia…
¿Y eso por qué?
Créame que durante la Edad Media, e incluso mucho más allá de la época moderna, hablar de mí se consideraba pecado. Entienda usted que habito en una parte del cuerpo femenino que aún hoy genera sonrojos.
¿Y cuál es la razón?
Empiezo por decirle que soy el único órgano humano que tiene como propósito exclusivo el de proporcionar placer. Si a eso sumamos que este placer está ligado a lo sexual y a la figura femenina, tan minimizada y oprimida durante tanto tiempo, pues ya se puede imaginar la que se arma cuando mi nombre sale a flote…
Pero con el pene pasa lo mismo…
No… Ni se le ocurra comparar. Del falo, que no es un órgano exclusivo para el placer (pues también tiene fines reproductivos), hasta se han levantado monumentos; su figura no es ajena para nadie. Si invita a alguien a que se imagine la figura de los dos órganos, la del pene viene a la mente de inmediato… Para la gente ni siquiera tengo forma.
Ya que estamos en éstas, ¿cómo es usted?
Muchas personas piensan que soy un pene pequeño, y aunque soy un vestigio de la formación de dicho órgano, están muy equivocados. Soy como una Y invertida de tejido eréctil (cuerpos cavernosos que se llenan de sangre cuando se estimulan). Mi tamaño varía, pero lo que se ve es una especie de glande que mide, en reposo, medio centímetro más o menos. En estado de erección puedo hasta triplicar mi tamaño.
¿Cómo así que erección?
Sí, señor, no se aterre. En ese centímetro escaso tengo ocho mil terminaciones nerviosas muy sensibles, más del doble de las que tiene el pene; el estímulo desencadena una serie de reacciones que hacen que estos cuerpos cavernosos se llenen de sangre, me aumenten el tamaño y multipliquen mi sensibilidad… No es para menos: estoy conectado con más de 15 mil terminaciones nerviosas en la región pélvica. Mejor dicho, soy la llave maestra de un complejo, pero maravilloso, mecanismo de placer… Y disculpe que me eche tantas flores.
A ver: usted es el vestigio de un pene, tiene nombre masculino, pero es ciento por ciento femenino. ¿Eso no le causa problemas de identidad?
(Risas) Todo lo contrario. Soy por antonomasia la identidad femenina, en todas las hembras mamíferas. Quizá por eso he sido tan estigmatizado.
¿Se siente perseguido?
Hoy no tanto, pero qué tal si le digo que da pena revisar los libros de anatomía de veinte años para atrás. Pensaban que yo no era sino la parte externa, lo que se ve, cuando en realidad soy diez veces más de lo que aparecía en las revistas médicas y algunos consultorios.
¿Qué tiene usted que ver con el orgasmo?
Le reitero que soy un órgano de placer y no exagero si le digo que soy responsable de por lo menos ocho de cada diez orgasmos. En lo demás intervienen otras partes del cuerpo, pero ese no es mi asunto.
Tengo una curiosidad: ¿Es cierto que los señores tienen orgasmos más rápido porque usted es demasiado exigente y pide mucho tiempo?
Veo, por su sonrojo, que no solo le ha pasado, sino que tampoco me conoce. Déjeme darle una cifra: si me tratan como se debe yo puedo responder en un lapso de uno a cuatro minutos. Lo noto incómodo, mejor pregunte otra cosa…
¿Es cierto que a usted también lo afecta la impotencia y que se deteriora con el tiempo?
Más que sonrojarse muérase de la envidia: crezco con el tiempo y en la menopausia puedo multiplicar mi tamaño. Y por esa razón soy responsable de que las señoras reporten desde esas edades un sexo glorioso, que deja a los hombres boquiabiertos.
Una mujer puede vivir sin usted…
Eso no es cierto. Que algunos salvajes piensen que como mi función es el placer hay que extirparme, para controlar, someter y limitar el derecho de las mujeres a sentir, no cambia la esencia de lo que es: una mutilación criminal, que las hace sufrir profundamente. Pero le cuento algo: esos que me cercenan tampoco me conocen y no logran sacarme del todo. Basta un poco de mí para cumplir con mi función, que es dar placer. Ahí sí que me esmero. Y lo digo con mucho orgullo.
¿Quiere decir algo más?
Sí: me aburre que hablen de mí sin conocerme; con esta entrevista no busco salir del clóset, sino que empecemos a hablar de una parte vital del cuerpo humano sin tanto tabú y sin tanto sonrojo. Y que me llamen a los cuatro vientos por mi nombre: ¡Clí-to-ris!
Por Carlos Francisco Fernández- asesor médico de El Tiempo
Fuente:
POR EL TIEMPO / COLOMBIA / GDA 10/19/2013 | 11:36 A.M.