LA VIRGEN DE GUADALUPE Y SAN JUAN DIEGO

Our Lady of Guadalupe.
Our Lady of Guadalupe. (Photo credit: Wikipedia)

Dentro de mi investigación acerca de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y la autenticidad o no de su imagen, éste es un documento a favor, fragmento tomado de «bibliaytradición», tan sólo lo comparto, aún no tengo la suficiente información como para opinar.

JUAN DIEGO ¿EXISTIÓ? DOCUMENTOS

Algunos antiaparicionistas niegan también la existencia de Juan Diego, como si todo fuera una fábula inventada por los españoles para someter a los indígenas por medio de la religión. Incluso en el siglo XX, se desató un gran escándalo, cuando el mismo abad de basílica, el abad Guillermo Schulenburg, el sacerdote Stafford Poole y algunos otros negaban todo, diciendo que no había pruebas de la existencia de las apariciones y de Juan Diego en los cien primeros años a partir de 1531.

Evidentemente, estas acusaciones eran muy graves y, por eso, antes de la beatificación de Juan Diego, el mismo Papa mandó nombrar una comisión de investigadores e historiadores para aclarar todos los aspectos de las apariciones y de la existencia de Juan Diego. Gracias a estas investigaciones, se han descubierto nuevos documentos y pruebas arqueológicas para certificar, sin ningún género de duda, la existencia de las apariciones y del mismo Juan Diego. La principal prueba es la existencia del mismo manto donde está impresa la imagen de la Virgen de Guadalupe, que ninguna persona de buena voluntad puede negar que es un milagro viviente.

iii. DATOS HISTÓRICOS.

PRIMERA CAPILLA

El obispo franciscano fray Juan de Zumárraga, después de haber visto con sus propios ojos el milagro de la impresión maravillosa de la imagen de María en el manto de Juan Diego, retuvo durante algunos días la imagen en su oratorio particular. Y mandó construir de inmediato una capilla donde colocar la imagen en el lugar de las apariciones en el cerro del Tepeyac, según era el deseo de la Señora del cielo. Esta primera capilla era de paja y adobe y, a las dos semanas de las apariciones, el 26 de diciembre de aquel año 1531, llevaron la imagen en solemne procesión, estando presentes el obispo y las principales autoridades de México.

NARRACIÓN POR ESCRITO DE LAS APARICIONES

El mismo obispo Zumárraga parece que escribió el relato de las apariciones tal como se lo oyó a Juan Diego. Esta relación de las apariciones se encontraba en el archivo arzobispal de la ciudad de México en 1601. Lo tuvo en sus manos el arzobispo de dicha ciudad, fray García de Mendoza. Y así lo asegura el licenciado Bartolomé García, informado por el Deán de la catedral de México, Don Alonso Muñoz de la Torre. El franciscano español fray Pedro de Mezquía, que llegó a México el año 1715, atestiguaba haber visto personalmente en el convento de su Orden en Vitoria (España) la relación de estas apariciones. Y esto mismo afirmó Cayetano Cabrera en su libro Escudo de armas, escrito en 1746 1.

PRIMERA CAPILLA CUIDADA POR LOS DEVOTOS

Según testimonio de Gabriel Xuárez, la primera ermita construida por Zumárraga era muy humilde, de adobe sin género de cal y canto2. Los indios del lugar la fueron arreglando y mejorando poco a poco. Iban de este pueblo de Cuautitlán muchos indios e indias a la labor de la dicha ermita y a sahumarla y barrerla con más devoción los naturales de dicho pueblo más que otros, respecto de que el dicho Juan Diego era de este pueblo y a quien se le había aparecido 3.

NUEVA IGLESIA EN 1566, MONTÚFAR 

A su llegada a México, el nuevo obispo Monseñor Alonso de Montúfar, dominico, tomó muy en serio fomentar la devoción de naturales y españoles a la Virgen de Guadalupe y construyó una nueva iglesia en 1566. Las ruinas de la primera ermita y de la nueva iglesia fueron encontradas debajo de la sacristía de la parroquia arciprestal de Guadalupe, actualmente capilla de indios.

En la primera ermita, construida por Zumárraga el año 1531, se encontró una placa de madera estofada que se conserva en el museo guadalupano y que decía: En este lugar se apareció Nuestra Señora de Guadalupe a un indio llamado Juan Diego 4.

El virrey Enríquez de Almansa, en carta del 23 de setiembre de 1575 al rey Felipe II, habla de que estaba allí una ermitilla en la cual estaba la imagen que ahora está en la iglesia. Sobre la inauguración de esta iglesia nueva, el alguacil indio Juan Bautista hizo una crónica en náhuatl en su Diario y dice así:

Domingo 15 de setiembre de 1566.

Se celebró la octava de Nuestra Madre y se celebró la fiesta en Tepeyac de santa María de Guadalupe. Estuvieron presentes las autoridades: los oidores y también el arzobispo y nosotros los indios. Villaseca (un personaje muy rico) mostró una imagen de Nuestra Madre que es toda de plata y ofreció una comida a los oidores y autoridades y les informó cómo se hizo la iglesia del Tepeyac 5.

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000_Masjd_Basilica_01.05.05_Conchiglia_MASJD_Presentacion_Basilica_GPE Official Presentation of the Movement of Love Saint Juan Diego in the Basilica of Our Lady of Guadalupe in Mexico City, on may 01, 2005, approved and blessed by the Catholic Church. (Photo credit: Wikipedia)
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La nueva Basílica de Guadalupe, Ciudad de México

RELACIÓN PRIMITIVA, 1541/1545, JUAN GONZÁLEZ, TRADUCTOR DE JUAN DIEGO

Uno de los documentos más antiguos en los que se habla de las apariciones de la Virgen de Guadalupe es el llamado Relación primitiva, escrito entre 1541 y 1545 por el padre Juan González, traductor de Juan Diego ante el obispo Zumárraga. Él estuvo presente en el momento de la impresión milagrosa de la imagen en la tilma de Juan Diego. La escribió en náhuatl con caracteres latinos.

El náhuatl sólo podía escribirse con pictogramas o ideogramas. Él conocía bien esta lengua a pesar de ser español. En esta relación se dice literalmente: La imagen de la niña reina sólo por milagro se pintó como retrato en la tilma de aquel pobre hombre aquí donde ahora está puesta como lustre de todo el universo. Aquí vienen a conocerla sus devotos que le suplican; y ella con su afecto maternal, con su piadosa maternidad, allí les ayuda y les da lo que le piden. Y en verdad que, si alguien la reconoce plenamente por su abogada y totalmente se le entrega, la amada Madre de Dios amorosamente se convertirá en intercesora. En verdad que mucho lo ayudará; se mostrará a quien la estime, a quien bajo su sombra y su resguardo vaya a ponerse 6.

Esta relación fue descubierta en 1950 por Ángel Garibay-Quintana en los archivos de la Librería (¿Biblioteca?) nacional de México (manuscrito 1475). Él creyó que había sido escrita por el historiador Juan de Tovar en 1573, pero copiándolo de otra fuente. Esta fuente, según muchos historiadores guadalupanos, fue el padre Juan González. Por ello, este documento tiene mucho valor histórico para apoyar el hecho de las apariciones y de la existencia de Juan Diego.

PUEBLO, VILLA Y CIUDAD DE GUADALUPE

Observemos por otra parte, que muy pronto en el lugar de la capilla de la Virgen del Tepeyac se fueron juntando casas para estar cerca de la Virgen. Ya en 1566, cuando llegó al puerto de Veracruz el virrey Gastón de Peralta el 17 de setiembre, se hospedó, dicen las crónicas, en el pueblo de Guadalupe, como así se llamó al nuevo poblado desde 1563 7.

En 1751 se le da el rango de villa, por cédula real, con escudo de armas, donde aparece Juan Diego con la tilma, enseñando la imagen grabada en ella.

En 1828 fue elevada al rango de ciudad.

DELEGACIÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO

en 1931 fue absorbida por la gran metrópoli de México, quedando desde entonces como una Delegación dentro de la gran ciudad.

OTROS DOCUMENTOS GUADALUPANOS/ DINERO PARA LA IGLESIA CATÓLICA

Pero analicemos otros documentos de los primeros tiempos.

Es muy interesante al respecto el testamento de Bartolomé López, suscrito ante el escribano Juan de la Torre el 15 de noviembre de 1537 (a los seis años de las apariciones). En él se dice en la cláusula 24: Mando que diga en la casa de Nuestra Señora de Guadalupe por mi ánima cien misas y se paguen de mis bienes. Aquí se refiere claramente a la Casa de la Virgen de Tepeyac.

El 18 de enero de 1539, María Gómez se presentó en la villa de Colima ante el alcalde Juan Pinzón, y en presencia del escribano Diego Hurtado para rendir cuentas de su administración, y dice:

1. Se pagó a la Casa de Nuestra Señora de Guadalupe 25 pesos de misas.

2. Se pagó a la Casa de Nuestra Señora de Guadalupe y a su procurador en su nombre 101 pesos de oro de minas 8.

En dos cartas del 12 de diciembre de 1574 y del 24 de marzo de 1575, fray Diego de Santa María le dice al rey Felipe II que, desde el principio de las apariciones, fueron numerosos y cuantiosos los testamentos a favor del santuario de la Virgen 9.

El mismo rey de España Felipe III, en 1602, mandó la suma de 20.000 ducados para el templo del Tepeyac.

(Para los no creyentes, eso es un argumento en contra: la Iglesia sacándole dinero a los fieles. Para los creyentes es algo perfectamente normal y aceptable, pero está en el documento del cual fue sacado y por eso lo incluyo)

DOCUMENTOS AZTECAS, COMETA HALLEY

En algunos documentos aztecas se han encontrado relatos del paso del cometa Halley en 1531 y dicen: La estrella que humeó cuando se apareció Nuestra Señora de Guadalupe 10.

ALREDEDOR DE 9 MILLONES DE AZTECAS BAUTIZADOS

Además, los historiadores españoles no podían dejar de aludir al gran impacto que las apariciones de la Virgen habían dejado entre los indios.

En 1541 escribe el famoso misionero franciscano fray Toribio de Benavente, Motolinía, que ya eran alrededor de nueve millones de aztecas bautizados y que él personalmente había bautizado unos 300.000. Ciertamente, la historia de conversiones al cristianismo en México es la más grandiosa y espectacular de la historia cristiana.

http://aquevineadondevoy.wordpress.com/2013/09/26/la-imagen-de-la-virgen-de-guadalupe-historia-y-pruebas-segunda-parte/

Bernal Díaz del Castillo

El historiador Bernal Díaz del Castillo, soldado y compañero de Hernán Cortés, escribió en su libro Historia verdadera de la conquista de la Nueva España en 1560 que el triunfo de los conquistadores se debió a la gracia y ayuda de la Virgen de Guadalupe.

(Para mí Díaz del Castillo fue un soldado, metido a «historiador» que escribió sus memorias muchos años después de la Conquista y me cuesta creerle todo lo que dice, algunas cosas tal vez, pero muy pocas; ésta, por ejemplo, no la creo, pues si la Virgen amaba a los aztecas y demás pueblos de Amércia  ¿cómo iba a ayudar a los invasores a llevar a cabo primero la masacre y luego el genocidio en contra de «sus hijos amados»?)

MAPA DE LA CIUDAD DE MÉXICO 1556/1562 (UPSALA)

En el famoso mapa de Upsala, hay una descripción cartográfica de la ciudad de México y sus alrededores entre 1556 y 1562. Este mapa, atribuido a un indio, muestra claramente la existencia de una iglesia en el lugar de las apariciones. Este mapa se encuentra en Upsala (Suecia).

OTROS DOCUMENTOS Y EX VOTOS

El 21 de noviembre de 1564, por mandato de Felipe II, se organizó la quinta expedición a Filipinas. Fue al frente Miguel López de Legazpi, pero tomó la dirección el padre agustino Andrés de Urdaneta, marino experimentado. En esta expedición fueron 380 marinos mexicanos, que atribuyeron su salvación de los peligrosos temporales a la Virgen de Guadalupe y, al regresar a México el 9 de agosto de 1565, dejaron en la capilla de Tepeyac el mástil con su desgarrado velamen así como una antorcha de cera, que pesaba tantas libras como la sonda que los rescató.

En 1567 el pirata John Hawkins se vio forzado a penetrar en el golfo de México donde tuvo un encuentro con la flota española que traía al nuevo virrey Martín Enríquez. Hawkins decidió el 8 de octubre de 1568 abandonar a 100 miembros de su tripulación en las costas del Pánuco como única vía de escape. Miles Philips, uno de los protestantes ingleses dejados en tierra, fue capturado y enviado a México. Philips menciona la existencia de un hermoso convento de frailes franciscanos y habla de una iglesia dedicada a la Virgen.

Y comenta que en ella hay una imagen suya de plata sobredorada tan grande como una mujer de alta estatura y, delante de ella y en el resto de la iglesia, hay tantas lámparas de plata como días tiene el año; encendiéndose en las fiestas solemnes. Dice que a esta imagen la llaman en español Nuestra Señora de Guadalupe 11.

BATALLA DE LEPANTO GANADA GRACIAS A LA VIRGEN DE GUADALUPE

El año 1570, el arzobispo de México Alonso de Montúfar había hecho confeccionar una copia de la imagen de la Virgen de Guadalupe y la había enviado por barco como un regalo al rey de España Felipe II. Felipe II se la había entregado a Don Juan de Austria, su medio hermano, que quedaba constituido como capitán en jefe de la Armada que iba combatir contra los turcos.

Don Juan de Austria se la entregó al almirante que dirigía las fuerzas navales de Génova, Andrea Doria, quien la llevaba en su buque insignia y quien pidió con fervor una ayuda para la victoria en los momentos más difíciles del combate, cuando parecía todo perdido debido al viento contrario. Pero, al final, con la ayuda de María, el 7 de octubre, la Armada cristiana venció a los turcos en el golfo de Lepanto. Un cambio de viento favorable a los cristianos fue como una señal del cielo.

El Papa san Pío V, que tuvo una visión en Roma de la victoria, la atribuyó a la ayuda de la Virgen, a quien en toda la cristiandad se le había invocado rezando el rosario. Allí, en Lepanto, estuvo presente María bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. Después de la victoria, la imagen-copia, que estuvo en Lepanto, fue posesión de la familia Doria en la fortaleza de Malespina, en el interior de Génova, hasta que en 1811 el cardenal Giuseppe Doria la legó por testamento a la parroquia de san Esteban de Aveto, donde la iglesia se convirtió hasta ahora en un lugar de peregrinaciones.

TESTIMONIOS DE INDÍGENAS 1666

Un documento interesantísimo para probar la realidad de las apariciones marianas y la existencia de Juan Diego es el llamado Informaciones jurídicas. Estas informaciones fueron enviadas a Roma y son una recopilación de testimonios de indígenas entre 80 y 115 años, vecinos de Cuautitlán. También se recibieron los testimonios de doce españoles, diez eclesiásticos y dos laicos, que conocieron de cerca los acontecimientos. Pero, en este caso, son especialmente importantes los testimonios de los indígenas; pues, aunque estas informaciones se realizaron el año 1666 y ninguno de ellos había conocido personalmente a Juan Diego, que había muerto en 1548; sin embargo, sus padres, abuelos, tíos y otros muchos les habían hablado de que ellos sí habían conocido a Juan Diego en persona y conocían el hecho de las apariciones desde el principio. Todos los testimonios fueron favorables y hablaban sin excepción de la santidad de Juan Diego, siendo testimonios de toda garantía. Estas informaciones jurídicas fueron enviadas en 1666 por Don Francisco de Siles, canónico lectoral de la catedral metropolitana con una carta dirigida por el cabildo, al Papa Alejandro VII.

iv. JUAN DIEGO.

Miguel Cabrera, Juan Diego
Miguel Cabrera, Juan Diego (Photo credit: Wikipedia)

Juan Diego era un indio sencillo que se mantenía del cultivo de la tierra. Nació en 1474 en Cuautitlán, una de las ciudades más antiguas de América. Contrajo matrimonio en Santa Cruz el Alto (Tlacpan), cerca de San Pedro, con la joven Malitzin, quien, al bautizarse, tomo el nombre de María Lucía.

Por fuentes históricas sabemos que Juan Diego tuvo descendencia. Los descendientes que procreó parecen haber sido ignorados por el investigador Lorenzo Boturini, quien creía en la virginidad total de Juan Diego. Sin embargo, los misioneros franciscanos dan fe de esta prole tenida antes de que fuera bautizado. Así habla la religiosa clarisa Gertrudis de Torres Vásquez, bautizada en 1703 y muerta en 1774, que era tenida como descendiente del dicho Juan Diego. El 24 de mayo de 1739 recibió el hábito religioso en el mismo convento de clarisas Doña María Micaela Antonia de Escalona y Rosas, quinta nieta del venerable Juan Diego 12.

En 1528 Juan Diego entró en contacto con los misioneros franciscanos y solicitó el bautismo. Cuando contaba con 57 años, comenzó a ser conocido por los hechos de las apariciones, habiendo ya muerto su esposa. Al final de su vida, todos lo tenían por santo.

El padre jesuita Francisco de Florencia, nacido en Florida en 1619, dice en su libro La estrella del Norte de México, que los religiosos le habían dado permiso para comulgar tres veces por semana, algo insólito en aquellos tiempos en que hasta los religiosos y religiosas no sacerdotes, normalmente, sólo comulgaban una vez por semana.

NICAN MOTECPANA[i]

Uno de los escritos más interesantes y complementarios de la vida de Juan Diego es el Nican Motecpana donde se dice: Estando ya en su santa casa la purísima y celestial Señora de Guadalupe, son incontables los milagros que ha hecho para beneficiar a estos naturales y a los españoles y en suma a todas las gentes que la han invocado. A Juan Diego, por haberse entregado enteramente a su ama, la Señora del cielo, le afligía mucho que estuviera tan distante su casa y pueblo, para servirle diariamente y hacerle el barrido. Por lo cual, suplicó al señor obispo poder estar en cualquier parte que fuera junto a las paredes del templo y servirle; el prelado accedió a su petición y le dio una casita junto al templo de la Señora del cielo, porque le quería mucho el señor obispo. Inmediatamente, se cambió y abandonó su pueblo, dejando su casa y su tierra a su tío Juan Bernardino. A diario se ocupaba en cosas espirituales y barría el templo, se postraba delante de la Señora del cielo y la invocaba con fervor. Frecuentemente se confesaba, comulgaba y ayunaba, hacía penitencia, se disciplinaba, se ceñía cilicio de malla y se escondía en la sombra para poder entregarse a solas a la oración y estar invocando a la Señora del cielo.

Era viudo: dos años antes de que se le apareciera la Inmaculada murió su mujer que se llamaba María Lucía. Ambos vivieron castamente, porque oyeron cierta vez la predicación de fray Toribio Motolinía, uno de los doce frailes de san Francisco que había llegado poco antes, sobre que la castidad era muy grata a Dios y a su Santísima Madre…

En el año 1544 hizo estación la peste y le dio a Juan Bernardino. Cuando se puso grave, vio en sueños a la Señora del cielo, quien le dijo que ya era hora de partir, que se consolara y no se turbase su corazón, porque ella lo defendería en el trance de la muerte y lo llevaría a su palacio celestial. Murió el 15 de mayo del año que se ha dicho y fue traído al Tepeyac para ser sepultado dentro del templo de la Señora del cielo, lo que así se hizo de orden del obispo. Tenía 86 años cuando murió.

MUERTE DE JUAN DIEGO

Después de 16 años de servir allí Juan Diego a la Señora del cielo, murió el año 1548. A su tiempo le consoló mucho la Señora del cielo, quien le vio y le dijo que ya era hora de que fuera a conseguir y a gozar en el cielo cuanto le había prometido. También fue sepultado en el templo. Andaba en los 74 años, cuando murió. La Purísima, con su precioso Hijo, llevó su alma a donde disfruta de la gloria celestial 13.

HABLAN DE LA EXISTENCIA DE JUAN DIEGO

En el documento Informaciones jurídicas de 1666, del que ya hemos hablado, Martín de san Luis afirma: Siendo de diez o doce años, en muchas y diversas ocasiones, me dijo Diego de Torres Bullón cómo había conocido, tratado y comunicado al dicho Juan Diego, indio, porque como lleva referido era natural de este pueblo del barrio de Tlayácac y que era un hombre de 56 ó 57 años, cuando se le apareció la Reina del cielo y Madre de Dios de Guadalupe. Que era un hombre temeroso de Dios y de santas costumbres, muy amigo de ir a iglesias y acudir a la doctrina y diversos oficios, causando mucho ejemplo a todos los que lo conocían, trataban y comunicaban 14.

Otro testimonio es el de Marcos Pacheco que dice: Era un indio que vivía honesta y recogidamente, que era muy buen cristiano y temeroso de Dios y de su conciencia, y de muy buenas costumbres y modo de proceder. En muchas ocasiones me decía mi tía: “Que Dios te haga como Juan Diego y su tío”, porque los tenía por muy buenos indios y muy buenos cristianos 15.

Los testigos lo llaman repetidas veces varón santo, varón santísimo y otras palabras parecidas 16.

CÓDICE ESCALADA ACTA DE DEFUNCIÓN DE JUAN DIEGO

Otro documento importante sobre la existencia de Juan Diego y la veracidad de las apariciones es el famoso códice Escalada 1548. Este códice fue descubierto en 1995 y ha sido considerado como el acta de defunción de Juan Diego. En este códice, escrito en 1550, se consigna la fecha de las apariciones: 1531. Hay un dibujo en el que se ve a Juan Diego de perfil con la vista hacia el lado derecho. Mira a una imagen de la Virgen de Guadalupe, rodeada de nubes, con la luna a sus pies y estrellas en el manto. La Virgen está posada sobre la falda de un cerro rocoso con plantas de la estepa del altiplano de México. Al pie del códice, están las firmas de fray Bernardino de Sahagún, el glifo de Antonio Valeriano como juez y la fecha de la muerte de Juan Diego, 1548.

FIRMADO POR ANTONIO VALERIANO Y FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN

Este documento ha sido muy estudiado y se ha confirmado la autenticidad. Las firmas de Antonio Valeriano y de fray Bernardino de Sahagún son auténticas de acuerdo a los estudios realizados al respecto por la Oficina de documentación y fotografía del Banco de México, instancia a la que acude la Procuraduría de justicia para resolver casos de posibles fraudes de firmas. También lo afirma así el mejor especialista sobre fray Bernardino, el norteamericano doctor Dibble de la universidad de Utah.

En 1997, estudió este códice la universidad Nacional Autónoma de México a través del Departamento de física aplicada. Y concluyó diciendo que no había ningún tipo de falsificación en la letra original y que toda el área del códice estaba cubierta de una platina amarillenta por lo que sería imposible haber alterado cualquier parte del mismo sin dejar huellas visibles al microscopio. Por todo ello, podemos decir que hay pruebas más que suficientes para decir que este códice es auténtico, al igual que las apariciones, y que Juan Diego existió y murió en 1548.

El 9 de mayo de 1990, el papa Juan Pablo II, en la basílica de Guadalupe de México, beatificó a Juan Diego. En su homilía dijo el Papa: No es de admirar, si no pocos fieles lo tenían por un santo, viviendo todavía, y le pedían les ayudara con su oración. Esta fama de santidad le siguió después de su muerte, de modo que no son pocos los testimonios del culto que se le daba como puede verse por los monumentos de arte, en los cuales la efigie de Juan Diego se ve adornada con aureola y otros signos de santidad.

Cierto que tales signos de culto se manifestaron, sobre todo, en el tiempo más cercano a su muerte, pero nadie puede negar que los mismos han continuado hasta nuestro tiempo de modo que, con seguridad, consta el testimonio congruente de un culto particular dado sin interrupción a Juan Diego. Habiendo instado muchos obispos y fieles de Cristo, principalmente mexicanos, la Congregación para las causas de los santos procuró que se recogieran los documentos que ilustraron la vida, virtudes y fama de santidad de Juan Diego, y mostraron el culto que se le diera, los cuales debidamente investigados, concluyeron con la “Positio” sobre la fama de la santidad de sus virtudes y culto que se le dio desde tiempo inmemorial 17.

El más importante investigador para fundamentar históricamente la existencia del indio Juan Diego es el padre Fidel González Fernández, catedrático de las universidades Pontificias Urbaniana y Gregoriana de Roma. Ha escrito el libro El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego en colaboración con Eduardo Chávez y José Luis Guerrero. Y afirma: Guadalupe fue un acontecimiento histórico, percibido como tal, por los más antiguos documentos a nuestra disposición. Solamente la afirmación clara de la historicidad puede llenar de contenido un símbolo que hace razonable una práctica y una devoción mariana de la envergadura de Guadalupe. La obra es un acopio de rigurosa investigación en archivos mexicanos como el Archivo General de la Nación, la Curia Metropolitana, el de Guadalupe, de Viena, Vaticano, Madrid, Sevilla… así como la consulta a un centenar de historiadores, académicos y prelados especialistas en el mundo guadalupano.

De las fuentes históricas examinadas (tradición oral continua, representaciones iconográficas como las del convento franciscano de Otumba de principios del siglo XVII…) se demuestra que había una veneración creciente a Juan Diego vinculada al culto de la Virgen de Guadalupe. Las representaciones iconográficas de las apariciones y de Juan Diego siguen cánones precisos similares a los de los primeros códices indígenas de la segunda mitad del siglo XVI; en los lugares vinculados a la vida del indio se conserva una viva memoria entre los indígenas desde el siglo XVI, con signos crecientes de continua veneración.

Otros restos arqueológicos serían el ayate de Juan Diego donde se pintó Santa María de Guadalupe; los restos arqueológicos de las ermitas primitivas; la tumba y la lápida sepulcral de Juan Diego, las ruinas de una ermita edificada a finales de la primera mitad del siglo XVI junto a la casa de Juan Diego; los restos arqueológicos de la casa de Juan Diego bajo el piso de la iglesia actual de Cuahutitlán; una pintura sobre madera de las apariciones a Juan Diego, una escultura de Juan Diego en alabastro; y una serie de reproducciones contemporáneas de la imagen de Guadalupe.

En el Testamento de Juana Martín, del 11 de marzo de 1559, cuyo original se conserva en el archivo del Cabildo de la ciudad de Puebla, se lee el texto siguiente: Aquí se crió el mancebo Juan Diego… se casó con una doncella que se llamaba María… por medio de él se hizo el milagro allá en el Tepeyac, donde apareció la amada Señora Santa María cuya imagen vimos en Guadalupe, que es verdaderamente nuestra y de nuestro pueblo de Cuauhtitlán… todo se lo doy a la Virgen del Tepeyac…

En los Anales de la catedral de México, comprendidos entre los años 1519 a 1739, hay que destacar dos textos, el de 1531, en el que se lee: Los cristianos allanaron el suelo de Cuetlaxcoapan, ciudad de los Ángeles (Puebla). En ese mismo año a Juan Diego se manifestó la amada Madre y Señora de Guadalupe en México. Y el de 1548: Murió dignamente Juna Diego. A quien se le apareció esta amada Señora de Guadalupe en México.

MILAGRO DEL, AHORA, SAN JUAN DIEGO

Para aclarar las dudas de aquellos que todavía dudaban de la existencia de Juan Diego, Dios mismo quiso hacer un gran milagro por su intercesión tres días antes de la beatificación. El joven Juan José Barragán de 20 años, intentó quitarse la vida. Poco tiempo antes, había intentado reconciliarse con su padre, pero ante su rotunda negativa, él estaba muy afligido y como era drogadicto, por efecto de las drogas, se subió al pasamanos del balcón de su casa y se arrojó al vacío. Su madre Esperanza Silva de Barragán sólo pudo agarrarlo de la pierna del pantalón, pero no pudo contenerlo. Y empezó a invocar a Juan Diego: Ayúdame, Juan Diego, salva a mi hijo. El joven, con sus 70 kilos de peso, había caído 10 metros contra el suelo de cemento. Su cabeza era irreconocible. Fue llevado al hospital de Durango, donde los médicos no podían explicarse cómo pudo sobrevivir a la caída. El ángulo del impacto y el peso del joven equivalían a una presión de dos mil kilos, lo que le provocó múltiples fracturas del cráneo. Era el 6 de mayo de 1990. Al principio, quedó en coma, pero milagrosamente salió del coma, cuando ya los médicos habían ordenado quitarle todos los aparatos para que pudiera morir. Se despertó y pidió de comer. Una semana después, dejó el hospital totalmente sano. Los exámenes dieron por resultado que no habían quedado huellas de la caída.

El 20 de noviembre de ese año, el arzobispado de México inició el procedimiento para reunir las pruebas a ver si se trataba de un prodigio. En 1998, la investigación de la comisión histórica formada ex profeso por la Congregación para las Causas de los santos y la arquidiócesis de México, entregaron el resultado de sus investigaciones y lo publicaron en un libro titulado El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego (Ed. Porrúa, México, 2000). Y después de minuciosos estudios, el 11 de mayo del 2001, la comisión médica vaticana aceptó el hecho como inexplicable para la ciencia. Juan José está ahora sano y salvo y vive en una ciudad de Estados Unidos, donde trabaja y estudia en condiciones normales. Con motivo de este milagro, el Papa Juan Pablo II canonizó a Juan Diego el 31 de julio del 2002.

Fragmento tomado de:

http://bibliaytradicion.wordpress.com/inquisicion/las-maravillas-de-la-virgen-de-guadalupe/#5


[i] Relato de Fernando de Alva Ixtlixóchitl, acerca de los milagros de la Virgen de Guadalupe y donde habla de Juan Diego

10 comentarios en “LA VIRGEN DE GUADALUPE Y SAN JUAN DIEGO”

  1. QUE HISTORIA TAN LINDA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA DE GUADALUPE,NO SABÍA NADA DE LA VIDA DE JUAN DIEGO, Y SI TENÍA QUE SER UN BUEN HOMBRE, PARA QUE SE LE APARECIERA LA VIRGEN DE GUADALUPE,Y VER LAS DONACIONES QUE DABAN LAS PERSONAS POR CONSTRUIR EL EL TEMPLO, HASTA DEJABAN TESTAMENTOS PARA LA IGLESIA, A MI EN LO PARTICULAR, ME GUSTA MAS LA IGLESIA ANTIGUA, TENÍA UNOS CUADROS HERMOSOS Y GRANDÍSIMOS, TODO EL DECORADO ERA DE ORO, LOS CANCELES INMENSOS, NADA QUE VER CON ESTA NUEVA IGLESIA,FELICIDADES SERUNSERDELUZ, MUY BUENA INVESTIGACIÓN .

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    1. Has escépticos «negacionistas» que aunque tengan las pruebas en la mano no creen, porque no quieren creer, con ésos no hay nada qué hacer, ni debemos perder el tiempo con ellos, hay otros que se convences con pruebas, yo soy así, soy escéptica hasta que me demuestren que hay pruebas convincentes.

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