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La vida en la cárcel de Teodora Vásquez, la salvadoreña a la que condenaron por un aborto involuntario (La Desgracia de Ser Mujer 12)

(No me consta, no sé qué tan verídico sea, lo creo y por eso lo comparto, aprovechando que ya puedo publicar directo desde este blog.  Serunserdeluz)

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«La comida tenía gusanos y la policía me llamaba perra»: la vida en la cárcel de Teodora Vásquez, la salvadoreña a la que condenaron por un aborto que ella siempre dijo involuntario

  • 6 horas
Teodora VázquezDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionVásquez llevaba ya casi 10 años en prisión por asesinato agravado.

Perder al hijo que esperabas es duro.

Que te culpen por ello y te metan en la cárcel, más.

Eso es lo que la salvadoreña Teodora Vásquez asegura que hicieron con ella las autoridades de su país cuando solo tenía 24 años.

Vásquez salió el pasado jueves de la cárcel después de una década presa por un aborto del que ella siempre dijo que fue espontáneo y no provocado.

Después de años de recursos en los tribunales y de reivindicación en las calles alentada por Amnistía Internacional y otras organizaciones que la apoyan, su caso se ha convertido en un ejemplo de la lucha por los derechos de los mujeres en un país que tiene uno de los marcos legales sobre el aborto más restrictivos del mundo.

Teodora le contó a BBC Mundo la historia de cómo su vida se torció en 2007, cuando tenía un hijo de cuatro años, al que peleaba por alimentar con su sueldo de empleada en una escuela, y esperaba al segundo.

Y también cómo su camino ahora acaba de enderezarse.

Teodora Vásquez.Derechos de autor de la imagenAFP
Image captionLos activistas aseguran que Teodora Vásquez ha sido víctima de la «criminalización de las mujeres».

¿Qué fue lo que pasó?

Estaba trabajando en el colegio y a eso de las dos de la tarde me empecé a sentir muy mal. Estaba en el noveno mes de embarazo y creía que iba a nacer mi bebé. Como los dolores no pasaban, sino que aumentaban, llamé a una ambulancia. Hasta cinco veces, pero nunca llegó.

¿Qué hiciste entonces?

Me dieron ganas de hacer pipí y fui al baño. Al bajarme la ropa interior, noté algo que se desprendió dentro de mí. En ese mismo instante me desmayé.

¿Y luego?

Busqué a mi compañera para que me dijera lo que había pasado, que mirara en el baño y me dijera lo que había ahí. En ese momento llegó la policía. Vio las huellas de sangre y preguntó de quién era lo que había en el baño. Yo, sin temor, porque sabía que no había hecho nada malo, dije que era mío. Me preguntaron: «¿Por qué lo hiciste?». «Yo no he hecho nada», contesté. «Has matado a tu hijo», me dijo el policía. Fue así como supe que era mi bebé lo que había en el baño. Y ahí me capturaron.

¿Cómo te sentiste cuando supiste que habías perdido a tu hijo?

Me sentí derrotada porque yo tenía todas las esperanzas de tener a mi hijo. Tenía tanta ilusión… Mi mundo se derrumbó porque perdí a mi bebé y también mi libertad, y con ella el derecho de estar con otro hijo y con mis padres. Yo me había construido una vida, y lastimosamente no salió como la había proyectado.

Teodora VázquezDerechos de autor de la imagenREUTERS
Image captionVásquez asegura que su bebé nació muerto por complicaciones de salud.

¿Cómo te trató la policía en esas horas que pasaron después de perder a tu hijo?

Muy mal. En El Salvador se aceptan todo tipo de delitos, menos esos. Me insultaban, me tiraban la puerta del carro, se negaban a llevarme al baño cuando yo lo pedía, me negaban los medicamentos. No hicieron nada por mí.

¿Qué insultos eran esos que te decían los policías?

Me decían que era una mala madre y una perra.

¿Eso ocurrió justo después de que hubieras perdido a tu bebé?

Sí. Recuerdo que había una mujer que era la que me trataba peor.

¿Se te informó del motivo de tu detención?

Me dijeron que me llevaban por haber matado a mi hijo. Esa fue la explicación.

¿Sufriste alguna agresión física?

No.

Finalmente, te condenaron a 30 años de prisión por asesinato agravado. ¿Tuviste una adecuada defensa legal?

No. Si hubiera sido así, yo no hubiera pasado tanto tiempo en la cárcel. Los abogados defensores que llevaba abandonaron el proceso. En la audiencia en la que me condenaron estuve sola, acompañada tan solo por un abogado de la Procuraduría al que le habían asignado mi caso solo 11 horas antes y no sabía nada de él.

Teodora Vásquez.Derechos de autor de la imagenEPA
Image captionTeodora salió de la cárcel gracias a una sorprendente decisión del Tribunal Supremo.

Teodora pudo salir de la cárcel gracias a una sorprendente decisión del Tribunal Supremo de El Salvador, que decidió conmutar su pena.

Sin embargo, no se ha reconocido su inocencia, por lo que sus abogados presentarán más recursos.

En 2016, Amnistía Internacional le presentó al gobierno 250.000 firmas «exigiendo la libertad» de la mujer.

Y en noviembre pasado, Naciones Unidas pidió a las autoridades de El Salvador la revisión de los casos de mujeres que cumplen largas penas por provocarse aborto.

Según la organización salvadoreña Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, actualmente unas 27 mujeres cumplen penas de entre seis y 35 años por la penalización del aborto.

El gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén propuso en 2016 impulsar una reforma para permitir la interrupción del embarazo enlos casos en que la vida de la madre esté en riesgo o sea fruto de una violación, pero el proyecto no ha prosperado en el Congreso.

El Salvador sigue siendo junto a Nicaragua, Honduras, Haití, Surinam, Andorra y Malta uno de los pocos países del mundo que mantienen una prohibición absoluta del aborto.


Manifestación a favor de Vázquez.Derechos de autor de la imagenAFP
Image captionDecenas de personas exigieron la libertad de Vásquez.

¿Tuviste apoyo del padre de tus hijos tras el aborto y el encarcelamiento?

A los tres meses de entrar yo en la cárcel, él nos abandonó a mi hijo y a mí, y se fue con otra mujer.

¿Volviste a saber de él?

No, ni quiero.

Te metieron en el Centro de Readaptación de Mujeres de Llopango, en San Salvador. ¿Cómo era un día normal en la cárcel?

Me levantaba a las cinco de la mañana, me duchaba, comía un poco y me iba a la escuela. Por la tarde regresaba a unos talleres y a las seis de la tarde me iba a dormir.

¿Pensaste en algún momento que no podrías resistir, que lo que te había ocurrido te superaría?

Llegué a pensarlo. Por momentos, sentía que no iba a aguantar. Encontré la fuerza para continuar en mi hijo, que me iba a visitar. Y en el resto de mi familia. Eso me dio la fortaleza para aguantar todo ese tiempo en ese lugar.

¿Cuántas veces a la semana te visitaban?

Las visitas eran solo una vez al mes.

¿Compartías tu celda con alguien?

Éramos unas 70 mujeres en cada dormitorio.

TeodoraDerechos de autor de la imagenAFP
Image captionTeodora fue recibida por su madre y su familia al salir de la cárcel.

¿Cómo eran las condiciones allí?

Estaba limpio porque nosotras limpiábamos una vez a la semana. Pero había bastante falta de agua. Te daban solo dos botellas de plástico rellenas. Con una tenías que lavar la ropa y los cacharros, y con la otra bañarte. Y a veces no alcanzaban las botellas en el reparto. Había que esperar una cola y muchas veces se acababa el agua cuando te iba a tocar a ti.

También faltaban las medicinas. No teníamos derecho a enfermarnos más que cada seis meses, que era cuando te pasaban consulta. Si enfermabas antes, te quedabas sin medicinas.

¿Qué tal era la comida?

Horrible. Estaba cruda, a veces podrida. Muchas veces había gusanos.

El aborto no es muy popular entre la población reclusa. ¿Tuviste algún problema en la cárcel porque se te había condenado por un aborto?

Me discriminaban, a mí y a las otras compañeras que estaban en la misma situación en ese lugar. Cuando había actividades con presas que lo eran por otros delitos, nos dejaban solas.

¿Alguna vez fuiste agredida?

Verbalmente, sí.

No es agradable recordarlo, pero ¿qué te decían?

(Tarda en contestar) Como la policía, que yo era una perra y que era mejor que mi madre hubiera abortado y yo no hubiera nacido para hacer lo que decían que hice.

¿En todo este tiempo encerrada te sentiste culpable alguna vez o pensaste que si te ocurría aquella desgracia era porque habías hecho algo mal?

No. Nunca dudé de mi inocencia.

Otras mujeres entraron en la cárcel por el mismo delito del que te acusaban a ti. ¿Cómo fue la relación con ellas?

Compartíamos el mismo dolor, el mismo sentir. Sentíamos que si nos discriminaban a una nos discriminaban a todas. La relación que construimos fue lo mejor que me pudo pasar. Ellas se ganaron mi corazón y ahora nos amamos.

¿Qué tal te trataba el personal de seguridad de la prisión?

Al principio, mal. Me tiraban la puerta a la cara y no me escuchaban. Pero cuando supieron el apoyo que teníamos de diferentes países y que había gente trabajando por nuestra liberación, empezaron a aceptarnos un poco más. Dejaron de meterse con nosotras porque teníamos gente que nos defendiera.

¿Qué harás con tu vida ahora que vuelves a ser una mujer libre?

Ahora quiero pasar unos días para disfrutar a mi familia. Y he firmado un contrato de trabajo. Espero tener un dinero para inscribirme en la universidad y sacar una carrera. No me importa el precio que tenga que pagar, pero quiero que mi hijo y yo seamos unas personas preparadas.

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Fuente:

http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43089046

VIOLENCIA DE GÉNERO ES DESPENALIZADA EN RUSIA

Despenalizan la violencia de género en Rusia

Difícil de creer:

violencia-de-genero

MOSCÚ.- A contramano de la legislación que está siendo aprobada en la mayoría de los países, el presidente ruso, Vladimir Putin, promulgó ayer una controvertida ley que despenaliza la violencia de género. A partir de ahora, las agresiones no merecerán penas de cárcel y serán castigadas con sanciones económicas o trabajo comunitario, a menos que el atacante sea reincidente, informó el diario oficial Rossiiskaya Gazeta.

Según esta ley, que ya fue aprobada por el Parlamento ruso (Duma) y el Consejo de la Federación, los episodios de violencia de género serán considerados a partir de ahora como «infracciones administrativas», y sólo serán punibles en caso de que la víctima presente lesiones visibles o que sea golpeada más de una vez al año.

EFE

Woman victim of domestic violence and abuse. Husband beats his wife
Woman victim of domestic violence and abuse. Husband beats his wife

Antes de la aprobación de la ley, según la normativa existente, el agresor podía llegar a ser condenado hasta a dos años de prisión.

A partir de ahora, su pena quedará conmutada con el pago de una multa mínima de 500 dólares, el arresto administrativo de 15 días y tres meses de servicios sociales.

Paradójicamente, la ley fue impulsada por la presidenta de la Comisión de Familia, Mujer e Infancia de la Duma, la diputada ultraconservadora Yelena Mizulina, que durante el debate legislativo sostuvo que por culpa de «una cachetada» se están rompiendo familias enteras.

Disciplina con violencia

Quienes apoyan la medida dicen también que desean proteger el derecho de los padres de disciplinar a sus hijos y reducir la capacidad del Estado de intervenir en la vida familiar. Los críticos de la ley advirtieron en cambio que la despenalización de la violencia de género contribuirá a tapar un problema que consideran «endémico» y relacionado con el abuso del alcohol entre la población masculina.

Por eso, poco después de que el proyecto -ahora ley- comenzó a ser discutido en el Parlamento, más de 175.000 personas firmaron un petitorio para pedir que las autoridades redacten una nueva norma que respete a las víctimas de violencia de género.

Cada año, alrededor de 14.000 mujeres mueren en Rusia a manos de sus esposos o de otros familiares, según un reporte publicado en 2010 por Naciones Unidas. Estas cifras ubican a Rusia entre los países con mayor cantidad de femicidios en el mundo.

Se calcula un feminicidio cada 40 minutos a manos de su pareja o un familiar.

Agencias DPA y Reuters

Fuente:

https://es-us.noticias.yahoo.com/despenalizan-violencia-género-rusia-000000754.html

EL MOLDE

Este cuento lo escribí en una época muy distinta de mi vida, lo tenía escrito en papel, había que capturarlo; estaba en 9º lugar en la fila para publicar, pero una conversación con una amiga muy querida, me hizo publicarlo ya; supongo que algunas mujeres se identificarán…

EL MOLDE

Amigas, les quiero comentar algo muy usual, tal vez trivial… pero importante.

Se trata de “el molde”, ¿lo conocen? ¡claro que lo conocen! Viven en él (casi todas las que tenemos pareja vivimos en él), pero pocas mujeres nos damos cuenta.

Todo empieza con un romance, el enamoramiento, el compromiso… y ¡abra cadabra! Ahí aparece; él nos presenta el molde, con el anillo de compromiso o antes, mucho antes.

Generalmente tiene en forma cúbica, a veces tiene más de cuatro lados (el mío tenía 12), pero siempre sus lados son cuadrados.

Puede ser de plástico duro o suave, de madera, de latón, de acero, de piedra o de lo que se les ocurra; el mío era de cristal con aristas de oro, pero… “aunque la jaula sea de oro…”

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Tu compañero te lo puede presentar envuelto de mil maneras; algunos (los más) te los cuelgan del cuello como dijes, sin que te enteres y desde ese momento empieza el proceso: cada vez que te ve o te llama, con una jeringa hipotética (que no hipodérmica) saca un poco de tu esencia y la guarda en su molde (que ahora tú traes colgado al cuello, pendiente de un hilo, una soga o una cadena).

Al principio la sencilla operación de sacar tu esencia para guardarla en su molde puede molestarte o, aún dolerte, pero las mujeres acabamos por acostumbrarnos, sobre todo después de platicar con nuestras amigas (y no digamos nuestras mamás, que son las más apegadas a los moldes) y ellas nos dicen que es “natural” que ellos nos digan:

-No te pintes.

-No te vistas así

-No hables de esa manera, no es de señoritas decentes.

-No deberías caminar así.

-Cuida cómo te sientas.

-¿Por qué hablas con extraños?

-Ese vestido está muy escotado.

Claro que cuando te cases vienen las operaciones mayores.

-Guárdate tus opiniones, a nadie le interesan.

-Tú no sabes nada.

-¡Tú te callas!

-¡Obedece!

-¡No te mandas sola!

-Puedes trabajar, pero sin desatender la casa (eso, si te dan “permiso” de trabajar).

-Tus hijos y yo estamos primero.

-Una “señora” no se comporta así.

-Ahora eres mi esposa, no puedes hacer eso.

Etc., etc., estoy segura de que a muchas les suena conocido.

Con el tiempo toda tu esencia, como lo que tú eres, está dentro del molde y no puede salir; toma la forma que él haya querido darle y no tiene nada que ver contigo. Es como si trajeras otra “tú” chiquita encerrada en un dije invisible que nunca te quitas. Lo malo es que tu cuerpo ya es sólo una cáscara vacía, pues toda tu esencia está en el molde y esa esencia ya tomó la forma del molde.

Casi puedo ver en el pecho de cada mujer su “yo” encarcelado. Algunos duermen plácidamente (los hay en estado de coma), otros miran con nostalgia el mundo exterior con el cual se comunicaban antes de ser encerrados.

Otros, como el mío están furiosos y arremeten contra las cuadradas paredes. A veces funciona y el molde se rompe, pero cuando eso sucede, casi siempre salimos heridas y nuestro compañero se aleja dolido o enojado porque “no lo comprendimos”.

En mi caso sucedió un milagro, pues sin saber cómo, choqué con una energía positiva que desintegró las paredes que me aprisionaban y mi esencia quedó libre: mi “yo” auténtico pudo regresar a mi cuerpo, no sabía por dónde entrar, pero encontró los ojos y así pude ver lo que había pasado; llegó al cerebro y entendí; alcanzó la garganta y hablé y así fue como dejé establecido que yo soy como yo soy y no como alguien pueda querer que sea.

Naturalmente me quedé sola, pero ahora soy presencia y esencia, no sólo un cascarón vacío cuyo verdadero ser está encerrado en un molde de un tamaño y una forma que no le corresponden, porque fue otro quien lo hizo.

Bien amigas ¿alguna reconoció su molde?

Si conoces alguna otra frase común de las que sus parejas dicen a las mujeres, por favor apórtala, ponla(s) en un comentario, seguramente habrás escuchado alguna.

Ciudad de México, enero 23 de 1990.

 

PD.

Como ven, este cuento lo escribí hace mucho, desde entonces las cosas han cambiado, muy poco en algunos temas, demasiado en otros, pero la esencia de lo que digo aquí, creo que, desafortunadamente, sigue más o menos igual.

Ciudad de México, diciembre 5 de 2016.

© Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Puedes copiar y publicar este artículo, siempre y cuando incluyas el enlace al artículo, no lo uses con fines comerciales, no lo modifiques, no quites el © ni este último párrafo que le sigue, enlaces incluidos.

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Imágenes tomadas de internet.

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Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Autora de “TÚ Y YO SIEMPRE”, novela romántica. La historia de amor de Almas gemelas, su karma, reencarnación y regresiones a vidas pasadas.

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