CAPÍTULO IV. ERA YO FELIZ

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Mi cuñada Maggy, su esposo Roberto y mi sobrina Denise pasaron por mí, venían estrenando coche del año, los felicité y metí mis maletas en la cajuela, Juan Gerardo hizo lo mismo.

Platicamos intrascendencias en el camino, al llegar a la ciudad, Maggy me preguntó si me quedaría en su casa.

-No, Maggy, gracias, pero ustedes viven muy lejos de la colonia donde quiere vivir Juan Gerardo, le gusta mucho la colonia Roma, a pesar de ser vetusta, jajaja –todos rieron.

-Ay mamá, es que se está poniendo de moda otra vez, ahí están los chicos de más onda de la ciudad, ahora que si quieres que viva en la Condesa…

-Pues no estaría mal, pero las rentas están por los cielos en la colonia Condesa, así, que nos quedamos en la Roma.

-Por mí no hay problema.

-Por mí sí – intervino Maggy, yo quería echarme una larga plática contigo, cuñada.

-Yo también, pero sin auto y tan lejos, sería muy difícil.

-Sí, lo sé, bueno ni modo ¿y a donde van a llegar entonces?

– A un hotel al que he llegado otras veces que he venido sola, está en la Av. Álvaro Obregón, no es de lujo, pero está bien y justo en la zona que queremos revisar para el departamento de Juan Gerardo.

-Quien fuera tú, primo, yo quiero irme a vivir sola, pero no me dejan.

Yo iba a decirle que hiciera como yo y simplemente se saliera, pero delante de sus papás no era inteligente decirlo.

-Pues tú me dices dónde cuñis – dijo Roberto, que iba manejando.

-Pues síguete por Insurgentes hasta Álvaro Obregón y ahí das vuelta, es cerca de Av. Cuauhtémoc.

Justo al llegar a Álvaro Obregón nos tocó el alto; Juan Gerardo vio una casa antigua casi en la esquina, la señaló y dijo.

-Me gusta esa casa, aunque sea vieja y esté casi en ruinas.

Yo me asomé y vi el potencial de la casa –si, hijo, pero si no rentan cuartos, no sería posible que vivieras ahí ¿te imaginas cuánto costará la renta? ¡ufff!.

Dimos vuelta en esa hermosa avenida, llegamos al hotel, nos dejaron en la puerta y se fueron hasta su casa, en San Juan de Aragón, bastante lejos de esa zona.

Nosotros nos registramos, acomodamos nuestras cosas y salimos a comer; luego fuimos al cine a ver un maratón de las películas de Súperman en el cine Bella Época.

Al salir del cine fuimos a cenar churros con chocolate y cuando íbamos saliendo del café adonde merendamos, pensé que en ese momento de mi vida todo lo tenía bien resuelto, mi novela en un concurso, posiblemente me animara a regresar a la Ciudad de México a vivir con mi hijo, o si no, las cosas ya se estaban arreglando con Gerardo, en fin, pasara lo que pasara, todo me pintaba bien, levanté la vista y me encontré con una luna llena esplendorosa.

¡Qué feliz me sentía!

Y entonces…

Continúa en el capítulo 5.

 

Ciudad de México, marzo 2017

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© Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Puedes copiar y publicar este artículo, siempre y cuando incluyas el enlace al artículo, no lo uses con fines comerciales, no lo modifiques, no quites el © ni este último párrafo que le sigue, enlaces incluidos.

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Imágenes tomadas de internet y Pinterest.

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Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Autora de “TÚ Y YO SIEMPRE”, novela romántica. La historia de amor de Almas gemelas, su karma, reencarnación y regresiones a vidas pasadas.

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