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MEDICINA TRADICIONAL INDÍGENA
Y MEDICINA INSTITUCIONALIZADA.
A los investigadores insertos en el modo de pensar de la cultura occidental, no puede escapársenos que existen otras practicas y realidad ajenas a nuestra lógica y con diferentes metodologías, ya que pertenecen a cosmovisiones distintas y responden a otros intereses y necesidades.
La Medicina Tradicional es una de esas «realidades diferentes«, y solo hasta fechas muy recientes se le ha empezado a conceder cierta importancia en el proceso salud-enfermedad.
El I y II TALLER DE MEDICINA TRADICIONAL Y MEDICINA INSTITUCIONAL
Fueron organizados por FUCOL y llevados a cabo en Colombia, el punto de mayor insistencia fue la necesidad de incidir en el eje de los programas oficiales de medicina facultativa y la ignorancia de los que diseñan dichos programas sobre el riquísimo y complejo acervo de conocimientos y practicas curativas de los indígenas, lo que origina un paternalismo entre los que pretenden curar a sociedades «incapaces» para ello, pretendiendo protegerlos y guiarlos diseñando planes que ignoran las condiciones especificas de cada grupo y parten del supuesto de que los indígenas están sumidos en la ignorancia y la irracionalidad y perecen pasivamente.
COSMOVISIÓN INDÍGENA
Si bien es cierto que el proceso de coloniaje y dominación que estos grupos han sufrido por varios siglos han impedido un mayor desarrollo de conocimientos, «racionales», y también han detenido el adelanto de sus propias nociones empíricas, los estudios antropológicos y botánicos nos permiten ver que los indígenas tienen sus propios sistemas interpretativos y una cosmovisión característica [holística] sobre el proceso salud-enfermedad y sobre el cuerpo humano y su manejo dentro de un contexto familiar, social y religioso, pues para ellos no existe una simple enfermedad, sino un enfermo inserto en un sistema cultural,psicológico, emocional y religioso, que ha caído en una desarmonía y el objetivo es volver a armonizarlo con el todo. Por supuesto estos conocimientos forman parte de modelos de comprensión y acción articulados y entendidos de manera distinta en cada grupo, según su cultura, ecología, cosmovisión, religión e ideología, y para ellos, el arte de curar se conforma de acuerdo a las relaciones sociales de cada grupo indígena.
Con frecuencia, debido a que el principio integrador es religioso, la curación forma parte del sistema filosófico y entra en el terreno de lo sagrado. En consecuencia, la curación se lleva a cabo tanto empleando practicas empíricas, como el manejo de la botánica [plantas medicinales], la cura por el agua, masajes, baños con elementos naturales [como vapor, plantas, miel, aguardiente, jugos de frutas, etc.], dietas y otros, así como a elementos mágicos o metafísicos [energía magnética, imposición de las manos, trance, hipnosis, rituales, etc.], aún escasamente comprendidos por la cultura occidental, pues no estamos familiarizados con su racionalidad y sus explicaciones causales, que tienen una concepción y un tratamiento de la enfermedad que no es individual, sino social y en la que se considera que aquella es resultado de un desajuste del individuo, de la familia o del grupo con sus propias pautas sociales. También se interpreta la enfermedad como efecto de la magia o de fuerzas metafísicas que se han provocado por un comportamiento inadecuado.
EL CHAMÁN O SHAMAN

Para compararlas, debe tomarse en cuenta que la práctica indígena de la medicina es holística, en tanto que no trata al enfermo como un simple elemento aislado, y para sanarlo, además del uso de plantas medicinales, se convocan elementos sobrenaturales o «mágicos» [como rituales, música, sugestión, trance del chamán, etc.], ya que el paciente es considerado como parte integrante de un grupo social, al que el chamán debe reintegrar a su sociedad, involucrando para ello tanto al enfermo como a la familia, y aún su relación con el resto del grupo, reiterando así sus vínculos con éste. Los chamanes [llamaremos genéricamente así a todos los curanderos] y las curaciones a base de plantas medicinales y otros medios, no han sido suficientemente estudiados, pero su poder curativo no puede ser negado y las investigaciones al respecto deberán servir para tener un punto de referencia en cuanto a resultados de la Medicina Tradicional y las plantas medicinales, así como las otras técnicas, en contraposición con la Medicina Institucionalizada.
Para curar, puesto que no es especialista como los médicos occidentales, el chamán cura a todo el conjunto que esta desequilibrado, es decir, trata de equilibrar tanto el cuerpo como la psiquis, la familia y la sociedad.
Aunque sus vías no son científicas [en tanto que lógicas y racionales a la manera occidental] y por lo tanto no son totalmente comprendidas por nosotros, debemos tener en cuenta que sí existe un saber curativo; quizá limitado a los padecimientos que ellos ya controlaban y curaban antes de la conquista, pues las enfermedades de origen europeo llegaron cuando la cultura y los conocimientos ya estaban dislocados y sometidos, y esas patologías les eran desconocidas y por lo tanto escapaban a su control, haciéndolos así dependientes, para su curación, de la medicina de sus propios dominadores.
EXPANSIÓN COLONIAL DE ESPAÑA Y ENFERMEDAD
Los españoles, desde la Colonia, controlaron el proceso curativo, y la metrópoli monopolizó las investigaciones y el tratamiento de las enfermedades con miras a la expansión colonial; incluso usando explícitamente la enfermedad como medio de sometimiento o exterminio de poblaciones indígenas, como ha quedado asentado en algunos documentos coloniales (guerra bacteriológica).
CONTAGIO DE VIRUELA DE LOS ESPAÑOLES A LOS AZTECAS
CÓDICE DE LA CRUZ-BADIANO

Por otro lado, Hernán Cortés en algunas de sus “Cartas de Relación” que enviaba al Rey de España, mencionaba cómo los chamanes y curanderos aztecas habían curado a los españoles de enfermedades que éstos no conocían y también durante la Colonia se registraron los conocimientos indígenas sobre herbolaria y Medicina tradicional y de ello existe un documento histórico valiosísimo: el CÓDICE DE LA CRUZ-BADIANO» en el cual se registran los medios curativos utilizados por los aztecas antes de la Conquista.

Muchos de ellos eran también usados en Europa en esa época; pero algunos han ido siendo «descubiertos» por la medicina occidental, mucho tiempo después de que los aztecas los conocieran y utilizaran; por ejemplo, los tres principales síntomas de la angina de pecho, están descritos por Martin de la Cruz, 200 años antes de que el médico inglés William Haberdeen los describiera.

Este Códice es una de las fuentes mas importantes, desde el punto de vista medico, para conocer la herbolaria y la Medicina Tradicional que se practicaba en el México Prehispánico, pues esta ilustrado con figuras a colores de hierbas, flores y arboles pintados a la manera indígena y nos facilita un enorme caudal de datos acerca de las plantas medicinales y sus usos, así como también las aplicaciones de las drogas utilizadas terapéuticamente y de donde eran extraídas; pero no solo eso, sino que también tiene enseñanzas sobre ética y moral para los médicos, que son comparables a los criterios morales de Hipócrates.


También cabe hacer notar que incluye elementos que se consideran mágicos, poniendo de manifiesto que la mente manda sobre el cuerpo y que la sugestión y otros mecanismos sicológicos forman parte muy importante del proceso salud-enfermedad y son esenciales para la curación, desde el punto de vista del paciente.
No sabemos a ciencia cierta si el libro fue escrito para dar a conocer en España los conocimientos médicos de los aztecas; si fue así, no llevo a cabo su cometido, pues [quizá debido a que en España no existía la mayoría de las plantas medicinales que se utilizaban aquí, y aunque existieran, no había médicos que las supieran o quisieran utilizar, a pesar de las indicaciones contenidas en él] dicho libro, tal vez debido a su falta de empleo práctico, quedó olvidado en la biblioteca de El Escorial, de donde paso, probablemente en el siglo XVII, a posesión del Cardenal Francisco Barberini, cuando este fue Legado Apostólico en España [por lo cual también se le conoce como CODEX BARBERINI]; después, el cardenal fue encargado de la Biblioteca del Vaticano y donó el Códice a ésta, donde permaneció ignorado hasta 1929, cuando fue encontrado fortuitamente por dos investigadores de Estados Unidos y finalmente, en mayo de 1990 fue obsequiado por el Papa Juan Pablo II, al Presidente de México, Lic. Carlos Salinas de Gortari.

Tanto Martin de la Cruz, como Juan Badiano, fueron alumnos y profesores en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco y se piensa que el códice fue escrito principalmente para enviarlo como obsequia a Su Majestad, Carlos V, para mostrarle algunas de las riquezas encontradas en los territorios conquistados para él por Hernán Cortés, esperando que al ver el libro, entre otras cosas, renovara el subsidio al Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco; lo cual fue logrado un poco después.Este pequeño libro manuscrito, impreso en papel italiano, mide unos 15 por 20 cm., está empastado en terciopelo color guinda, y contiene 140 paginas primorosamente policromadas y dibujadas a mano por el indígena Martin de la Cruz, profesor de practicas medicinales nahuas, quien lo escribió en este idioma en forma de códice; fue traducido al latín por Juan Badiano, otro indígena «lector de latín«, discípulo de Fray Bernardino de Sahagún.

Este Códice ha sido reproducido en otros países [Hay una copia en el castillo de Windsor, Inglaterra] y fue publicado en Estados Unidos [en Baltimore], por The Maya Society Publication, No. 22, bajo el titulo de: «THE DE LA CRUZ-BADIANO AZTEC HERBAL OF 1552«; y después en México por Editorial Vargas Rea y El Diario Español, en 1952, bajo el titulo de: “Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis. El Manuscrito Pictórico Mexicano-Latino de Martin de la Cruz y Juan Badiano, de 1552″.
Ojalá que los médicos mexicanos, ya que el original de este Códice está en nuestro país desde hace casi dos décadas, sientan interés en conocer nuestra Medicina Tradicional y la estudien con mente científica, pero también abierta a nuevos conocimientos, aunque estos daten de hace mas de cuatro siglos.
LAS COMUNIDADES INDÍGENAS Y LA SALUD
Ritual Curativo de Indígenas de Los Andes
Regresando a la situación de carencia de salud que priva hoy día en las comunidades indígenas, y que es producto del proceso de destrucción sociocultural y ecológica, y no debida a una falta de conocimiento o de incapacidad histórica en lo que a la salud se refiere, debemos aceptar que dichas comunidades en su largo proceso de adaptación a su ambiente natural, generaron sistemas de conocimiento de su propio entorno, dando énfasis a la prevención de la enfermedad y tratando esta, cuando se presentaba, como un hecho social.
Los programas institucionales de la medicina occidental, con frecuencia se elaboran en los centros urbanos a partir de un casi desconocimiento del medio para el cual se proponen, además de que menosprecian o ignoran los conocimientos indígenas y se parte del supuesto de que estos son ignorantes y de que se les tiene que guiar y proteger, pero los resultados son muy otros, ya que una vez que pasa la campaña [a veces originada en intereses puramente políticos], la salud muchas veces resulta empobrecida debido al uso indiscriminado de fármacos o medicinas de patente.
LA MEDICINA OCCIDENTAL INSTITUCIONALIZADA
La medicina institucional esta inmersa en la ideología y los mecanismos de poder occidentales, y debido a ello tiene el monopolio de la salud, ya que incluso, en algunos casos, llega a la penalización de otras prácticas, como la homeopatía, la acupuntura, etc.
- ¿Cuáles son las causas de ese etnocentrismo occidental?
- ¿Y por que no ha validado el estudio de la medicina tradicional, incorporando a su acervo tan solo una ínfima parte de ese conocimiento ancestral?
Si la razón fundamental de la medicina es la curación de las personas enfermas
- ¿Por que no se aceptan prácticas que están encaminadas a ello?
- ¿Cuáles son las causas de la no aceptación de prácticas curativas diferentes [la etnomedicina y otras] a las de la Medicina Occidental Institucionalizada?
Todas estas son preguntas que deberíamos poder contestar.
Sin menospreciar la medicina institucional, podemos replantear algunos puntos en cuanto a su práctica, pensando en la aplicación de los recursos existentes en beneficio de las mayorías, puesto que dichos recursos son más accesibles y eliminan -o disminuyen- la iatrogenia[i].
[i] Daño causado por un procedimiento médico o por un médico a su paciente, ya sea por negligencia, ignorancia o mala fe. También daño colateral causado por los medicamentos de patente, que “curan” los síntomas de una enfermedad sin eliminar la causa y además ocasionan otra(s) enfermedad(es).
ALGUNAS DEFINICIONES DE LA MEDICINA TRADICIONAL.
«Las medicinas tradicionales son sistemas terapéuticos validos, pero perfectibles, y que han sido el resultado de experiencias humanas de los pueblos, más al alcance de la gente y menos burocratizados. En estos y otros aspectos, la medicina moderna tiene un libro de cabecera en los capítulos de la medicina tradicional. No debe avergonzarnos el tomar del pueblo todo aquello que puede ser útil para el arte de curar»: Hipócrates[1].
«La medicina tradicional es un conjunto de conocimientos y prácticas generadas en el seno de la población, transmitidos generacionalmente y que, basada en un saber empírico, ofrece e intenta ofrecer soluciones a las diversas manifestaciones de la enfermedad, buscando propiciar la salud entre la comunidad. Este acervo de conocimientos y prácticas Terapéuticas forma parte de la cultura popular y por lo tanto esta sujeto a los cambios y desarrollo de la misma. La cultura popular, y con Ella su medicina – el arte o la forma de curar- han perdido y heredado, encontrado e incorporado conocimientos diversos a lo largo del tiempo, pero siempre permanece[2]»
«Estudiar históricamente una medicina tradicional implica serios problemas. Cada grupo humano en el que exista un individuo que conozca el manejo de ciertos problemas de salud y los transmita a descendientes o discípulos, da lugar a una medicina tradicional que puede enriquecerse a medida que entra en contacto con las practicadas por otras comunidades o, inclusive, adopta elementos curativos procedentes de sistemas médicos de carácter académico[3]»
«[…] La totalidad del conocimiento y de las prácticas, explicables o no, usadas para diagnosticar, prevenir o eliminar un desequilibrio físico, mental o social, y que se refieren exclusivamente a experiencias del pasado y a la observación transmitida de generación en generación verbalmente o por escrito[4]»
CONCLUSIONES:
De las definiciones anteriores, podemos sacar en conclusión que:
La medicina tradicional es un conglomerado de conocimientos pragmáticos ancestrales aplicados por medio de instrumentos y medios atávicos, transmitidos a través de tradiciones orales o escritas y cuyo objetivo es la conservación y/o recuperación de la salud del individuo considerado como parte integrante del todo que es la comunidad; aunque no se puede decir que la medicina tradicional sólo es experiencia del pasado transmitida de generación en generación, ni que sólo pertenece a culturas no occidentales, pues también ocurre que de pronto, en cualquier tipo de sociedad y en cualquier estrato socioeconómico puede surgir un individuo con capacidad de curar, sin que nadie le haya transmitido conocimiento alguno aunque la medicina, o arte de curar, es una sola, cada cultura ha desarrollado sus propios procedimientos y prácticas terapéuticas, explicables o no, para la ciencia que maneja la cultura ahora en el poder.
Por lo anteriormente expuesto, se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que cuando la Medicina Institucional acepte como válido el acervo de conocimientos de la Medicina Tradicional, se verá realmente enriquecida y su objetivo de restablecer, conservar y mejorar la salud será más fácilmente alcanzado, para mayor bienestar de la sociedad.
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© Silvia Eugenia Ruiz Bachiller
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NOTAS AL PIE
[1] ANZURES y Bolaños, Ma. del Carmen, «Medicinas Tradicionales yAntropología», en : Anales de Antropología, México, Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM, Vol. XV, 1978, p. 161.
[2] LOZOYA, Xavier, «Editorial: A manera de Introducción», en RMT, México, IMEPLAN, Vol II, No. 5, 1978, pp. 3-4.
[3] VIEZCA Treviño, Carlos, «El Papel de la Historia y la Antropología en el Estudio de las Medicinas Tradicionales Mexicanas», en RMT, México, IMEPLAN, Vol. II, No. 5, 1978.
[4] SOFOWORA, Abayoni, «Evolución de la Medicina Tradicional en la Sociedad Contemporánea con Particular Referencia a Nigeria» en RMT, México, IMEPLAN, año 1, No. 1, 1977, p 35.