SUSSY Y SUS HISTORIAS 3, EL FLECHAZO IV, DANIELLE

Sussy, con él inerte en su regazo, los ojos derramando lágrimas, la mente en shock, se preguntaba una y otra vez ¿cómo era posible que ahora estuviera… o ya no estuviera con ellos? Su calorcito, su respiración, sus movimiento, su sonrisa…

Un bebé, ayer sonriente, ahora, inerte.

Su mente estaba en blanco, pero por ahí surgió un recuerdo, de cómo la conoció a ella, a la madre del bebé que tenía en brazos.

 *

,Cuando Sussy trabajaba en una gran empresa, como secretaria del Director General, había sabido que el contador tenía una nueva secretaria, pero ni la conocía ni tenía más datos, puesto que no tenía amigas en la oficina, no se enteraba de los chismes.

 Regresando de comer fue al tocador a lavarse los dientes y refrescar su maquillaje. Vio que “la nueva” se estaba lavando las manos, la observó de reojo: muy blanca, pelo negro, largo y ondulado, bonita cara, buen cuerpo, bien formado, pero bastante pasada de peso. No le hizo más caso, seguro iba a ser como las otras, envidiosas, que no querían ninguna amistad con ella, Sussy ya se había acostumbrado a eso.

Un grupito de las secretarias segundonas se acercó a la nueva.

 -¿Cómo te llamas?

 Ella con una sonrisa y con un leve acento francés respondió:

 -Mi nombre es Danielle.

 Eso llamó la atención de Sussy, nombre y acento francés.

 Las otras soltaron la carcajada, la más desagradable de todas le soltó:

 -Jajaja, nombre de hombre ¿eres hombre? ¿O lesbiana?

 Danielle se puso roja y sólo pudo mover la cabeza negativamente, con las lágrimas a punto de escaparse de sus ojos.

 Las demás siguieron riéndose y haciéndole bromas de mal gusto.

 Sussy no pudo aguantar más y se acercó a ella, que la recibió temerosa, pensando que le iba a hacer algo malo.

 Sussy se volteó, enfrentando al corro de muchachas agresivas y burlonas y con voz firme y enojada, les dijo.

 -Si por ignorantes, no lo saben, Danielle es un nombre femenino francés (aunque de origen hebreo) y además muy hermoso. Ya déjenla en paz, o se las entienden conmigo (no tenía idea de qué haría en caso de que la retaran, pero la frase sonaba amenazadora).

 Volteó de nuevo al espejo y le puso una mano en el hombro a la chica que la veía con admiración.

 -No les hagas caso, ignorantes y envidiosas – por el espejo les lanzó una mirada de enojo y ellas fueron saliendo del tocador casi en tropel.

 Danielle y Sussy se quedaron solas, se miraron a través del espejo y soltaron la carcajada. Desde ese momento fueron amigas y se enteró que Danielle era hija de mexicana y francés, por eso su nombre y el acento, pues en su casa sólo se hablaba francés, también supo que su nueva amiga tenía un novio, Arturo, al que adoraba.

 Cuando Sussy no iba a comer con Jaime, a solas o en grupo, iba con Danielle, era una chica muy agradable, simpática y noble, ahí se platicaban sus vivencias con sus respectivos novios,  Danielle adoraba a Arturo y podía expresar ese amor en palabras muy profundas, escribía unos poemas hermosos, Sussy sentía igual o más amor por Jaime, pero sentía que no lo podía expresar en toda su extensión, que las palabras no le alcanzaban, que lo que decía de sus sentimientos se quedaban cortos.

 Un día Danielle le mostró una foto en la que ella usaba un vestido verde esmeralda, muy sexi (tan sexi como se podía a finales de esa década de los 60’s), que le quedaba súper bien y comentó.

 -Este vestido sólo me lo ha visto puesto Arturo, porque dice que es muy llamativo.

 Una alarma sonó en la mente de Sussy.

 -¿Cómo? ¿sólo te lo ha visto Arturo? No entiendo.

 Danielle se turbó toda y no sabía cómo contestar, se ruborizó y al final dijo.

 -A veces estamos a solas… –al buen entendedor, pocas palabras. Sussy entendió, asintió con una sonrisa.

 -También a veces estoy a solas con Jaime – ya estaba, lo había dicho, ambas tenían relaciones con sus novios antes de casarse, en una época en que la mujer debía llegar virgen al matrimonio.

 Desde entonces ya tenían la libertad de contarse todo lo que pasaba con sus adorados tormentos, incluso que Arturo era casado y los problemas que eso traía a a la relación, también Sussy le contó lo que había pasado cuando Jaime se fue y cuando volvió.

 Un día de tantos, Sussy vio a Danielle pálida y ojerosa, le preguntó el motivo y su amiga se soltó llorando.

 -Estoy embarazada.

 Sussy se asombró, aunque no mucho, sabía que Danielle no se cuidaba “porque era pecado”, pero sí tenía relaciones con Arturo (casado), eso era algo que Sussy no entendía, ¿no era más pecado? pero era su amiga y la apoyaba en todo. Ella cuando empezó a tener relaciones íntimas con Jaime empezó a cuidarse con el método del ritmo y él sabía en qué días podía venir a verla, así que no había mayor problema.

 Abrazó a su amiga y consternada le preguntó.

 -¿Ya lo sabe Arturo?

 -Sí – empezó a sollozar.

 -¿Y no te apoya?

 – Sí, al principio no le gustó, se enojó, pero al día siguiente, después de pensarlo me dijo que me va a poner un departamento para que tenga al bebé… voy a tener que salirme de mi casa y dejar de trabajar.

 Sussy, sin querer recordó algo de su pasado.

 -Al menos tienes su apoyo, créeme que es lo más importante.

 Danielle la miró interrogativamente, pero Sussy no dijo más, empezó a hacer planes para el bebé como lo más natural y alejó la tristeza de su amiga.

 Un viernes, a los 4 meses de embarazo, Danielle se veía como de costumbre, no se le notaba el embarazo. El lunes siguiente, era imposible ocultarlo. Su jefe habló con ella y le dijo que no podían aceptar mujeres embarazadas en la empresa, que le presentara su renuncia. Danielle llamó a Sussy y le pidió que se vieran en el tocador.

 – ¡Me corrió! ¡El Sr. Landa me corrió! – las lágrimas le salían a borbotones y empezó a sollozar.

 Sussy se indignó – ¡no puede correrte por eso!, ¿al menos te dio todo lo que exige la ley?

 -¿Qué? ¡no! ¡por supuesto que no! Me pidió mi renuncia y me dijo que me dará una buena carta de recomendación en caso que quiera trabajar después.

 Sussy estaba indignada y dispuesta a ir a hablar con su jefe, pero Danielle se lo impidió, diciéndole que eso sucedía todo el tiempo, que era lo común y que lo dejara así.

 Pasaron los meses, Sussy iba a visitar a Danielle con frecuencia y le dolía verla encerrada, sin más plática que la telenovela de moda, el mercado, las vecinas, ¡tan interesante plática que tenía antes! Tan bien arreglada que siempre estaba y ahora se había descuidado mucho, o era que no podía hacer más con lo que Arturo le daba.

 Nació el bebé, por supuesto que Sussy fue la madrina de bautizo, le pusieron Arturo como su padre, aunque Arturo ni se presentó, no había reconocido al bebé legalmente, sólo pagaba el departamento, le daba dinero a Danielle para vivir apenas al límite y la visitaba de cuando en cuando, cada vez menos frecuentemente.

 Danielle no se quejaba, pensaba que era el pago por su pecado de enamorarse de un casado y ceder ante sus requerimientos, ¡como si él no tuviera ninguna culpa!

 Sussy adoraba a Arturito, siempre estaba comprando algo para él o tejiéndole chambritas.

 Una vez, cuando Jaime la llamó cuando vino a verla, él preguntó:

 -¿Qué estás haciendo?

 -Tejiendo una chambrita.

 Silencio y después -¡¿Qué?!

 -No te asustes, es para el bebé de Danielle – suspiro de alivio del otro lado de la línea.

 Ese día después de hacer el amor, en esos momentos ricos de intimidad, él le dijo muy serio.

 -Creo que deberíamos de cuidarnos más, ¿por qué no tomas pastillas? Así vendría cualquier día si tengo la oportunidad.

 Sussy se sintió lastimada ¿así que él sólo venía cuando podían hacer el amor? De otro modo no valía la pena? Se lo preguntó.

 -¿Sólo para eso vienes a verme?

 -Mira, linda, hago 4 horas y media o más en la carretera, más casi 2 horas para llegar a verte y lo mismo de regreso, son 13 horas de viaje (eso si yo manejo, si vengo en autobús es más tiempo) y por las reglas de tu bendita madrina , que te exige llegar a las 9, sólo puedo verte 3 horas y media, ¡al menos que sea para hacerte el amor! ¿no crees?

La observó atentamente y conitnuó:

-Si no vivieras con tu madrina, me quedaría toda la noche contigo, sería muy bonito pasar las noches juntos cuando venga ¿no crees?

 Puesto de esa manera, Sussy no pudo poner objeciones, aceptó tomar pastillas, no quería que le pasara lo que a Danielle con Arturo, que estando en la misma ciudad ya se estaba alejando… ¡no! Ni pensar que Jaime se alejara más. En cuanto a pasar toda la noche con él cuando viniera ¡sería maravilloso!, pero imposible.

 Mientras se acurrucaban por un momento, recordó lo que había ocurrido en sus relaciones:

 Cuando Jaime se fue casi sin despedirse, ella había quedado devastada, en shock por semanas; hacía todo lo que tenía que hacer de manera “normal”, pero como autómata, con la mirada perdida, distraída, no podía pensar en nada, ni siquiera en Jaime. Hacía unos años, con su primera decepción, en la adolescencia, lloraba todos los días, dejó de comer y bajó 8 kilos en 2 semanas, pero cuando se repuso, juró nunca más derrumbarse por un amor y ahora no se permitía demostrar sus sentimientos rotos, no había llorado, ni una lágrima, ¡nunca volvería a llorar por un amor perdido!

 Así vivió como en penumbras por 6 semanas, hasta que un día, casi a la hora de la salida, sonó el teléfono directo de la Dirección, ella contestó como siempre.

 -Dirección General, buenas tardes.

 -¿Me comunica por favor con el Director General? – voz varonil, pero fingida.

 Algo resonó en su interior, pero de momento no supo qué.

 -¿Sería tan a mable de decirme quién lo llama?

 – Alguien perdido que ya se encontró…

 -¡¡HOLAAAA!!!- se tuvo que sentar con una expresión de felicidad que no le cabía ¡era Jaime!

 -¿Cómo estás, preciosa?

 Se recompuso –Bien ¿y tú? ¿estás en México?

 -Sí, corazón ¿te espero a la salida?

 -Sí, claro –feliz, incrédula, ella creía que nunca volvería a verlo.

 -Nos vemos en la calle de atrás del estacionamiento, traigo el carro de mi hermano.

 Y así se habían estado viendo, ya llevaban un año de esa manera, él venía una o dos veces al mes, ella soportaba esa semi-ausencia porque se pasaba los días entre el recuerdo y el anhelo,  reviviendo lo ocurrido en su última entrevista, detalle a detalle, y luego soñando en lo que pasaría en la siguiente, así, con sus sueños entre una y otra visita, ella había logrado ser feliz.

 No pedía más, se atenía al refrán de que es feliz quien tiene lo que quiere y quiere lo que tiene, ella lo tenía a él, aunque fuera sólo una vez al mes, dos, si tenía suerte y él podía escaparse otro día entero de la empresa, era el jefe, pero por lo mismo, tenía más responsabilidades, y aún así, venía a verla, ella no necesitaba más, no exigía más, no preguntaba nada, vivía el hoy (los otros días recordaba el ayer y soñaba con el mañana), disfrutaba lo que tenía, no quería sufrir por lo que le faltaba…

 Jaime salió de su somnolencia y le acarició un hombro, ella respondió de inmediato, como siempre y nuevamente hicieron el amor.

*

 Entretanto, los días que no tenía clases de inglés iba a ver a Danielle, porque estaban solas las dos, Danielle porque su familia la había repudiado y Arturo ya sólo iba a dejarle dinero cada quincena, ella porque Jaime sólo venía una o dos veces al mes.

 Cómo disfrutaban a Arturito, cuando tenía 6 meses y ya hacía gracias,¡bueno…! las dos se las festejaban y ese bebé las hacía felices.

bebe

Y ahora…

 Velaron al bebé en la casa, muerte de cuna, había dicho el Dr., inexplicable y ocurre a veces y con eso se tuvo que conformar Danielle, lo peor es que se sentía culpable, aunque no lo fuera.

 Sussy tampoco lo podía creer, su precioso ahijado, el bebé más preciado, su adoración, ya no estaba, sólo quedaba su cuerpecito desmadejado, sin vida, sin respirar, sin reír, sin llorar, sin…

 Al fin no pudo más, le entregó el bebé a Danielle y se metió corriendo a la recámara, se tiró a la cama y empezó a sollozar y gritar, sacó lo que traía acumulado, sacó su tristeza y frustración por la muerte de Arturito, por lo que había pasado cuando se fue  Jaime y lo que estaba pasando ahora, no, no era tan feliz como ella aparentaba y ella misma se engañaba pretendiendo serlo.

 Sabía que no debía hacerlo, que tenía que ser fuerte por Danielle, ser su fortaleza ahora que la necesitaba, pero se quebró y por un momento dejó salir todo, todo, una avalancha de emociones que ya no pudo contener.

Una hora después, salió de la recámara calmada, dispuesta a apoyar a su amiga y a ella misma.

Ya habían traído en ataúd y puesto al bebé adentro, Danielle lloraba desconsolada en una esquina de la sala, una vecina estaba tratando de reconfortarla y de que tomara un té de tila.

Sussy se acercó al pequeño féretro, contempló tristemente a Arturito, su ahijado, su bebé adorado. Pasó cariñosamente los dedos sobre el cristal, le salieron lágrimas, muchas lágrimas, pero ya sin sollozos, y ya tranquila, calmada, pensó que no quería volver a sufrir así por la pérdida de un ser amado; había cosas que no podía cambiar, como la muerte del bebé, pero otras que sí podía: ¡ella cambiaría! De alguna manera, cambiaría, renovándose de algún modo, reinventándose…

 Continuará.

***

Ciudad de México, octubre, 2016.

 © Silvia Eugenia Ruiz Bachiller.

 Todos los personajes son ficticios, cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.

***

Imágenes tomadas de internet.

***

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Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, Autora de “TÚ Y YO SIEMPRE”, novela romántica. La historia de amor de Almas gemelas, su karma, reencarnación y regresiones a vidas pasadas.

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23 comentarios en “SUSSY Y SUS HISTORIAS 3, EL FLECHAZO IV, DANIELLE”

    1. Gracias mi querida amiga, sí, muy trágica historia, con mucho amor y tristeza…
      Sussy tiene que decidir hacia dónde irá ese cambio, a ver que sorpresa nos guarda.
      También te deseo lo mejor y por favor si publicas, avísame, espero que lo hagas pronto.
      Abrazos de luz

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  1. La vida no es fácil, y la muerte menos. En la actualidad, al menos, podría haberse sentido arropada por su familia. Pero en aquella época, una mujer era poco menos que un cacho de carne del que obtener placer.
    Me ha gustado cómo está relatado. Vamos con cuatro por algún párrafo menos inteligible —¡y que diga yo esto, que soy el amo y señor de lo farragoso!—. ¡Enhorabuena!
    PS.- Tú también me dejas con un «continuará» 😛

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    1. En aquella época o se llegaba virgen al matrimonio, o se quedaban solteronas, o eran proscritas, como Danielle, en este caso y Sussy se estaba arriesgando a lo mismo,
      Trataré de se más clara y alcanzar tu «5».
      Mi objetivo es siempre dejar algún suspenso para el siguiente.
      Cada vez estoy más cerca de decidirme a convertir estos relatos en novela. Así empecé mi primera novela, un cuento que se hizo largo y aún mucha tela de donde cortar.
      No te olvides de avisarme cuando publiques.

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      1. PS.- Hoy jueves a las 20:00 hora española, 13:00 hora México, la segunda parte y final de «Teutoneju : Pueblo Serpiente». Y de momento, voy a cumplir con regularidad hasta Navidades, porque tengo muchos en reserva. Esto es, que voy a publicar todos los jueves a la misma hora.

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    2. Me siento algo hipócrita al decidir por mi cuenta que eres poco clara en algunos pasajes, cuando yo lo soy muy en general.
      Lo del suspense, lo entiendo. Tus relatos son conclusivos en trama, aunque la vida de Sussy siga en suspenso. No es como lo que yo he hecho de dejar un relato a medias. De hecho, me gusta leer esos pequeños átomos de la historia, que realmente pueden ser independientes entre sí.
      En cuanto a lo de novela ¡adelante! la espero con los brazos abiertos.
      ¡Esta pobre Sussy!

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